Asuntos de fondo
La época veraniega volvió a gatillar la atención sobre los indicadores en materia de desnutrición, en la región norte del mapa salteño. Una niña fue el primer caso mortal que registraron los caciques de aquel lugar. Mientras, la inversión pública fue hacia el punto cardinal opuesto, en nombre de la lucha contra este mismo flagelo.
La persistencia de la falta de acceso a servicios básicos, agudizada por la temporada veraniega, retrotrajo hacia comienzos de 2020 cuando nuestra provincia fue tapa en medios nacionales e internacionales por la muerte de niños con desnutrición. Esta cuestión irresuelta, pese a la zaraza de la que fue objeto durante meses (hasta su desplazamiento de las portadas que impuso la pandemia), regresó a la agenda informativa con un nuevo fallecimiento de una piba en el norte provincial.
Según detallaron a NdR fuentes ligadas a las comunidades originarias, la niña de poco más de un año –hija de una adolescente de apenas 15 años- provenía de paraje El Traslado, en el departamento San Martín. Cuando arribó al hospital Juan Domingo Perón, de la ciudad de Tartagal, poco y nada había que hacer para salvarle la vida, admitió el director del centro de salud, Juan López.
Este nuevo fallecimiento por desnutrición se dio en paralelo a la renuncia presentada por la médica Amira Maza, quien hasta el pasado 9 de diciembre era la Jefa del Primer Nivel de Atención. La dirigenta social Octorina Zamora expresó su pesar por la dimisión de “la profesional más correcta y humana como la pediatra que se desempeñaba en este centro nutricional”.
En tanto, muchos caciques de la región norte se preguntaron, a raíz de la niña fallecida en las últimas horas, por los bolsones reforzados que solía enviar el Ejecutivo nacional a diversas familias de pueblos originarios y comunidades criollas en estado de vulnerabilidad alimentaria y sociosanitaria. Asistencia que había empezado a instrumentarse en febrero de este año, pero que desde que se dispuso el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio –al mes siguiente- sólo llegó dos veces más.
Algo parecido sucedió con el agua potable, otro déficit que incide en las muertes por desnutrición, luego que en febrero de 2020 una comitiva del gobierno nacional, junto a funcionarios provinciales y empresarios del sector petrolero, arribasen a Santa Victoria Este donde comprometieron la instalación de pozos para proveer de este fluido indispensable a los vecinos de esta región. De aquella urgencia y esos dichos, el delay los pospuso hasta el segundo semestre de 2021, cuando concluyan las empresas encargadas de hacer brotar este líquido apto para consumo humano.
El médico Rodolfo Franco, quien asiste a las comunidades en El Carboncito y Misión Chaqueña (Embarcación), le expresó al portal La Otra Voz su apoyo a “la lucha de las hermanas originarias, quienes llegaron a Salta a exigir, mediante una medida de protesta, la restitución del Centro de Recuperación Nutricional del Hospital Juan Domingo Perón y aprovechamos para contarle al gobernador…que el hambre se combate con comida!!!”.
Mientras, el destinatario de esta indicación estuvo en las últimas horas dando algunos pasos que podrían considerarse, de alguna manera, vinculados con dicha problemática. Y contra lo que fue prédica de lo abominable que había sido esta misma experiencia en la gestión Urtubey, el gobernador Sáenz destinó $ 89 millones a la construcción de un Centro de Primera Infancia ¡En Metán!
Sn rastros de la plataforma Horus, aunque transitando por su misma horma, el mandatario provincial, la ministra de Desarrollo Social, Verónica Figueroa; y el intendente José María Issa, firmaron el convenio que posibilitará realizar esta mega inversión inmobiliaria. Lo curioso es que algunos Centros de Primera Infancia como el que estaba en Coronel Juan Solá (Rivadavia) se encuentra enllavado y sus puertas con cadena, desde que fuera abandonado en enero por la organización CONIN.
Pocos podrían asegurar que en Metán no hay problema de desnutrición o malnutrición en la población infantil. De todas maneras, esta situación no es tan aguda como lo siguen indicando los informes elaborados sobre la población del norte provincial, específicamente en las comunidades originarias y criollas de Rivadavia y San Martín. Además que esta ciudad sureña es reconocida por su carácter expulsivo, a tal punto que hay colonias de metanenses esparcidas por diferentes puntos del país hacia donde migraron en busca de un mejor porvenir.
En este contexto, el nuevo CPI cuyo trazado lo situó en el barrio Las Delicias, motivó que el secretario de Obras públicas, Héctor Varela destacara la construcción de un “segundo espacio en el Municipio de San José de Metán porque ya funciona uno en el barrio Granadero Díaz”. El funcionario, entusiasmado por la inversión pública en ladrillo, no hesitó en señalar “la alta demanda” que recibe el CPI actual, junto a “las dificultades para cubrir a la gran cantidad de familias” que demandan asistencia social. Un saco de mercurio y plomo para la gestión Issa. (Fuente:www.notaderedaccion.com.ar)