Zanchetta, el segundo cura de la iglesia salteña condenado por abuso

En julio del año pasado, el cura Agustín Rosa Torino recibió la pena de 12 años de prisión efectiva abuso sexual, en perjuicio de dos víctimas.

En menos de un año, dos curas que formaron parte de la Iglesia salteña fueron condenados en causas por abuso sexual: se trata de Gustavo Zanchetta, que este mediodía recibió la pena de 4 años y seis meses de prisión efectiva y el otro es Agustín Rosa Torino, quien el julio pasado fue condenado a 12 años de prisión.

Los jueces condenaron a Gustavo Oscar Zanchetta, quien llegó al juicio luego de arribar desde el Vaticano, como autor del delito de abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido en perjuicio de G.G. y de M.C.

Le impusieron la pena de cuatro años y seis meses de prisión efectiva, y ordenaron su inmediata detención. Además ordenaron que, una vez firme la sentencia, sea inscripto en el Banco de Datos Genéticos. Al conocer la sentencia familiares de las víctimas que se encontraban en las afueras del tribunal expresaron su malestar porque consideraron que debería haber sido una peña mucho más dura. 

Rosa Torino

En tanto, Agustín Rosa Torino fue condenado en julio del año pasado a la pena de 12 años de prisión efectiva por la comisión del delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser ministro de culto reconocido en perjuicio de dos víctimas y por la comisión del delito de abuso sexual simple agravado por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de una tercera persona.
Rosa Torino está alojado en la Unidad Carcelaria 1.

La fiscal Verónica Simesen de Bielke había solicitado para Rosa Torino la pena de 22 años de prisión efectiva. La defensa de Rosa Torino, a cargo de Humberto Oliver y Fabio Núñez, en tanto, había pedido para el acusado la absolución lisa y llana y, subsidiariamente, la absolución por el principio de la duda.

Mientras se realizó la lectura de los alegatos, distintas organizaciones sociales se manifestaron en las puertas de Ciudad Judicial pidiendo una condena justa para el cura y que no quede impune.

Durante las ocho audiencias anteriores Rosa Torino se limitó a guardar silencio o hacer anotaciones, por lo que su declaración fue una sorpresa de último momento. “Soy inocente. No me defendí antes porque muchos de los hechos que fueron diciendo no los conocía”, aclaró. 

Fuente: El Tribuno

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