La campaña por Massa: Para ganar hay que dejar el sectarismo

La responsabilidad de los jefes de campaña en Salta, arranco con ciertas dificultades. Lo primero que hay solucionar es, cuáles son las fuerzas políticas propias.

Lo  primero que hay que hacer es mirar hacia dentro: Los  Sindicatos, los funcionario del Gobernador, legisladores y concejales, intendentes y empleados públicos en general, que van a ser los primeros perjudicados por el loco de la motosierra, deben dejar de dormir la siesta, dejar de rezongar contra el gobierno, y terminar con los dilemas ideo-psicológicos de los que van a “votar desgarrados”.

Hay que terminar con el discursos de los frustrados, indignados, enojados, y con las minorías intensas que piden de los candidatos autocríticas pública. Minorías intensas que vienen de izquierda y la pretendida ortodoxia de los morenistas y o duhaldistas.

En este sentido, coincido con Juan Grabois, “Basta de boludeces. Massa no me cae simpático…y a mi Pablo  Outes tampoco me  cae simpático y estoy poniendo todo el esfuerzo  diciendo que hay que votar a Massa boleta completa. ¡¡¡Basta de pases de facturas y de boludeces, ¡se acabó! la patria está en peligro!!! ¡¡¡se acabó el internismo!!! se acabaron las quejas!!! ¡yo el primero! ¡no tengo nada de qué quejarme! Es cierto el peronismo militante tiene deudas que cobrarse, por las maniobras y trampas que no los dejaron participar en las últimas elecciones internas del PJ. Además con un presidente del PJ, que tiene poco de peronista.

El segundo aspecto, es nuestro mensaje hacia afuera, que tiene dos vertientes: una los electores de otras fuerzas: los partidos que se abrieron del pejotismo, que son más de 10, diputados y concejales provinciales, radicales  progresistas, y otros, que no nos votaron en las PASO y probablemente tampoco lo hagan en octubre y sobre ellos hay que trabajar,  pero sí nos votarían en un balotaje contra Milei.

La segunda vertiente y más complicada de llegar es el votante y/o simpatizante de Milei, que está fortalecido en su convicción de “destruir a la casta”, que en eso tiene razón,  porque sí existe…son los familiares de legisladores, la herencias laborales en el poder judicial, y otros poderes. Y también es cierto que los mensajes nuestros, no solo, no les hacen mella, sino que los fortalecen, el hecho de que digan que es loco, que habla con los perros, etc… A ellos hay que hablarles de la soberanía, de la educación y de la salud…

Pero necesitamos de una conducción amplia, sin sectarismos. Nuestro candidato ya lo viene diciendo de forma genérica: “Vamos a hacer un gobierno de unidad nacional”. Bien, hasta allí todos aplaudimos. El problema surge cuando tenemos que pasar de lo genérico a lo específico, e ir a convocar puntualmente a dirigentes de otros partidos. Perón, si algo tuvo en claro, fue la necesidad de la unidad nacional.

Y también nos decía Perón: “Con sectarismo, no hay conducción. El sectarismo es el primer enemigo de la conducción, porque la conducción es de sentido universalista, es amplia, y donde hay sectarismo, se muere, porque la conducción no tiene suficiente oxígeno para poder vivir.”

“No se pueden conducir los elementos sectarios. ¿Por qué? Porque cuando llega el momento en que la conducción debe echar mano a un recurso extraordinario, el sectario dice: «No; ¡ésa es una herejía para el sectario!»

“Los sectarismos no nos conducirán jamás a la liberación. procurar imponerlas por el peso de una fuerza circunstancial, significaría caer en el mismo error por el que han transitado aquéllos a quienes hoy enfrentamos”. Y con eso vamos a la convocatoria a la unidad nacional. Creo que hasta este punto estamos todos de acuerdo, porque muchos suponen que convocar a la unidad nacional, es volver a juntar la CTA con la CGT, el PJ, el partido de la Victoria, La Cámpora, y todas las organizaciones sociales el Evita y algún partido provincial. Pero con todos ellos, todos juntos somos hoy el 28 o 30 %.

Entonces tratemos de convocar a quienes, hasta hoy mismo, no nos quieren, y votan a otras fuerzas. Y esto ya es más difícil y más indigesto para muchos nuestros.
Recuerdo que Vicente Solano Lima, del 47 al 55 estuvo exiliado en Montevideo, por opositor a Perón. Cuando volvió al país, regresó justificó el bombardeo a Plaza de Mayo y se sumó a la “libertadora”. Sin embargo, en 1973 – por decisión de Perón – Solano Lima, va a acompañar a Cámpora en la fórmula del Frejuli. Este es uno de los ejemplos de la amplitud de Perón, cuando se trataba de construir mayorías.

Pero ya percibimos algunas señales de dirigentes importantes de JxC que ven con espanto la posibilidad de que gane Milei.  Gerardo Morales. No quiere ningún acercamiento a Milei, y t ambién dijo que Milei, “es un desquiciado y tiene alma de dictador”. Con estas declaraciones, sería poco probable que Morales llame a votar a Milei en un balotaje.

Otro dirigente, no muy apreciado de este lado, Julio Cobos, dijo que “tendría que pensar mucho si el balotaje es entre Massa y Milei”. El más reciente fue el armador de JxC Emilio Monzó, pidió un gobierno de unidad nacional luego de las elecciones:  que dejo implícito que en el balotaje votaría a Massa. Ricardo Alfonsín, se expresó a favor de Sergio Massa.
No tengo claro de qué modo, se podrá plantear un acuerdo de este tipo, pero ya Sergio Massa dijo durante el debate presidencial que anunciará quien será su ministro de Economía

Pero bueno, arrancando con un 30%, en suposición que Bullrich sale tercera, lo lógico es que Bullrich junto a Macri, terminen acordando votar a Milei. A nosotros, no nos quedan muchas más opciones que buscar los votos de Schiaretti , de los radicales espantados y de los Pro-anti Milei.

Los votos en blanco, son votos enojados  y están enojados con el gobierno de Alberto Fernández. Los que no fueron a votar, generalmente votan parecido a los resultados de las PASO. Obvio que hay que ir a buscarlos y darle la boleta. Pero…eso no nos asegura una masa crítica para ganar.

Claro, que estamos jodidos. Eso lo sabemos. La situación macro-económica que no pudimos controlar en los dos últimos años, no la vamos a poder resolver por arte de magia en dos meses. Pero se puede ganar. Tenemos el mejor candidato de los tres. Y además Sergio Massa tiene una enorme vocación de vencer.
Vale decir, que es un hombre decidido a vencer. Si no vence, debe saber soportar virilmente los golpes del destino. Y Sergio Massa ha demostrado ya varias veces su vocación de dar pelea hasta el final. Para ello, ahora depende de los salteños. La patria está en peligro, nadie puede quedarse dormido y quedarse sin militar electoralmente, por los menos así lo veo yo.

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