Nos encontramos frente a un nuevo aniversario de la Guerra de Malvinas en el que se enmarca una disputa por la historia reciente del país. El gobierno de Milei con su relato negacionista de la década de los 70 busca reivindicar los crímenes de la dictadura. Desde el final de la guerra hasta nuestros días los gobiernos llevaron diferentes políticas para la reconciliación con las FFAA.
Comenzando por la autoamnistía por parte de los militares, con la búsqueda de reconciliación que tuvo Alfonsín con los carapintadas al declarar que “muchos de ellos fueron héroes de Malvinas”, tomando a Aldo Rico como héroe de guerra cuando fue un genocida, las leyes de obediencia debida y punto final. Incluso fue una política del gobierno de CFK mediante la doctrina Milani o la reivindicación de Gomez Centurión como héroe de guerra durante el gobierno de Macri.
La política del gobierno de Milei y Villaruel frente a Malvinas revisitada a lo largo de estas líneas, con el relato de La Historia Completa y los dichos del Tata Yofre sobre Thatcher como aquella a la que “le debemos agradecer la democracia”, sirven como una reivindicacion de la dictadura y para reforzar las cadenas semicoloniales que atan al país.
Si bien la Guerra de 1982 fue una aventura militar para ocultar los crímenes y la crisis económica de la dictadura, la causa Malvinas debe ser retomada por su carácter justo y su relevancia como una lucha antiimperialista.
La guerra de Malvinas sirve como un recordatorio de la importancia pára el campo nacional y popular en una dirección para la clase de los trabajadores con medidas efectivas contra los intereses colonialistas. Las aventura militar, fortaleció las cadenas que nos atan al imperialismo, como ocurrió en nuestro país tras el conflicto.
Apostar a la derrota del imperialismo en esta disputa territorial se convierte en una tarea esencial, no solo para Argentina, sino también en una perspectiva subcontinental de liberación de la opresión imperialista para todos aquellos que nos reivindicamos socialistas revolucionarios.