Víctor Cobos, trabajaba como chofer en la empresa La Veloz del Norte y además se desempeñaba como delegado gremial de la UTA. En el año 1977 fue secuestrado y torturado, junto a otros 16 compañeros. Después de muchas instancias de investigación, el hecho fue incluido dentro de los Delitos de Lesa Humanidad y Levin fue condenado a prisión junto a un ex ejecutivo y dos policías.
“Solamente a través de la protección divina, podemos conseguir la justicia. Estamos contentos con esta noticia, fue un arduo trabajo hecho por toda la gente que forma parte del sector de los Derechos Humanos, trabajaron bastante bien en este tema, detenciones ilegales y tormentos sufridos en el año 1977”, señaló Cobos.
El acoso y los tormentos iniciaron tras la denuncia que realizó sobre abuso y amenazas en perjuicio de las azafatas de la empresa.
En entrevista para el programa Hora Siete Radial, Cobos relató cómo sucedieron los hechos. “Yo era un grano para Marcos Levin y muchas veces nos quiso comprar, mandaba plata, gente con dinero para que nosotros hiciéramos algo distinto a lo que estábamos haciendo por los compañeros. Yo siempre lo rechacé, hice las denuncias e incluso hasta declaré lo que estaba sucediendo con las azafatas, las utilizaba como prostitutas, las llevaba a pasar la noche a un lugar que tenía y a la que no quería ir la despedía. Yo denuncie todo eso”, contó.
Cobos agregó que se hizo una persecución en su contra “Inventaron una causa, me bajaron del colectivo cuando ya estaba por salir de viaje, me encapuchan, me esposan y me meten a la brigada en la calle Lerma sin decirme nada. Escuché voces y supe que había otros compañeros detenidos. Después sentí gritos y supe que los estaban torturando. Hasta que me tocó a mí, estuve durante toda una semana padeciendo golpes y picanas todos los días. El Sapo Toranzo es el que más me pegaba por todo el cuerpo. Yo tenía 28 años. Marcos Levin era el que comandaba a todos los grupos de torturadores y el jefe de operaciones era el que facilitaba todos los lugares y horas a las que debía ir para secuestrar a los choferes, detenerlos y torturarlos. Estuve a punto de ser desaparecido. Me metieron a la cárcel y estuve tres meses ahí”.
Cobos asegura que pudo salir con vida gracias a que su defensor legal nunca dejó de ir a verlo en la cárcel. “Gracias a eso no me hacían desaparecer”, señaló.
La denuncia de Cobos intentó ser prescripta hasta que finalmente, por el esfuerzo de abogados y el apoyo de organismos de Derechos Humanos se logró reconocer que la causa está enmarcada como parte de los delitos de lesa humanidad que sufrió la Argentina durante el gobierno represor. Durante este periodo, además de Cobos fueron secuestrados y torturados 16 trabajadores de la misma empresa.
La prisión de los condenados será en modalidad domiciliaria y utilizarán pulseras electrónicas.