Por Roberto Chuchuy
La noche del 12 de diciembre 2012 casi, 280 gendarmes de los escuadrones de Chaco y Jujuy, llegaron a la capital salteña para sumarse a las patrullas de policías que recorren la ciudad y reforzar la seguridad ante posibles saqueos en caso de que otros policías en servicio se adhieran a los reclamos que llevan adelante familiares de policías, jubilados y exonerados de la institución, que se había autoacuartelado, en reclamo por mejoras salariales, eran autoconvocados, el aumento le significó a la provincia, 450 millos de pesos.
En su discurso, Urtubey precisó que para reunir los recursos necesarios para pagar el aumento debíamos “llevar del 5 al 6% las actividades económicas que permitieran el financiamiento de esos 450 millones de pesos”.
Pasadas las 20, desde el Centro Policial “Sargento Suárez” ubicado en la calle Ituzaingó al 700 (distante 12 cuadras al sudoeste de la Plaza 9 de Julio), hubo una marcha pacífica hacia el centro, como muestra de disconformidad.
La manifestación, pasó el millar de personas cuando llegó a la plaza. Luego retornaron al Centro Policial donde pasarían la noche.
Los comerciante ante el temor a los saqueos de malvivientes por el reclamo policial, anunciaron que por la tarde “no abrirían los negocios en el centro”.
Así fue. Casi nadie trabajó. Los propietarios y empleados durante la mañana se encargaron de vaciar los locales y asegurar las vidrieras cubriéndolas con chapas de cinc, cartones y placas de chapadur para que no se vea el interior de los negocios.
Una casa de venta de motos ubicada en las esquinas de Buenos Aires y San Luis, retiró todas las motocicletas del salón de ventas por temor a ser saqueados.
Ante la sensación de probables saqueos, el fiscal Maximiliano Troyano, salió a recorrer las comisarías para evaluar el presentismo de los agentes. Lo vieron en cercanías de la Seccional Segunda, lo increparon y el fiscal debió resguardarse en la comisaría.
“Está completamente normalizada la situación”, aseguró a el ministro de Gobierno salteño, Eduardo Sylvester. “No hubo acuartelamiento ni falta de trabajo de la policía.
El día lunes tuvimos varios intentos de saqueo, que fueron controlados por la fuerza. Solamente se produjo la rotura de algunas vidrieras”, relató. “El martes estuvo tranquilo”.
Ese mismo grupo de cesanteados de la fuerza se reunió para hacer reclamos laborales e intentaron que se plegaran los efectivos en actividad.
Sólo consiguieron que se plegaran unos cien de los nueve mil efectivos, quizá menos.” “A raíz de eso, el gobernador dispuso un aumento de las horas de comisión por recargo de servicio y eso se suma al 25 por ciento que ya estaba acordado.
El aumento es, en total, del 50 por ciento”, explicó el funcionario provincial, quien advirtió: “Nosotros no negociamos con cesanteados. Nosotros le dimos el aumento.
El conflicto en la provincia del gobernador Juan Manuel Urtubey fue el último en desactivarse
El jefe de la Policía de Salta, Marcelo Lami, y representantes de los efectivos autoconvocados alcanzaron un entendimiento para levantar la protesta policial, tras firmar un acta acuerdo donde indicaba que no serían sancionados ninguno de los policías.
Lo que se entendió de las palabras de Lami es que esta sería la última vez que se tolere este tipo de medida por parte de los policías y si ocurre algo igual serán exonerados directamente-
El acuerdo afecta al grupo de policías que aún continuaba con el reclamo de un salario básico de $3.500, un sueldo inicial de bolsillo de $8.500, y garantías de estabilidad laboral. El jueves, cerca de 200 efectivos retirados y en servicio se movilizaron a una sede del Ministerio de Seguridad en espera de respuestas. Urtubey visitó personalmente el Centro Policial Sargento Suarez, dicen que fue sin custodia, y fue insultado, el ambiente era muy complicado
Esta situación trajo a colación este conflicto docente. habría que preguntarse quién fue el que detonó la chispa, a la vista que desempolvaron el proyecto en comisión de legislación general y la del presidente de la Cámara de Diputados Amat Lacroix y al presidente de la Cámara, de bloque mayoritario, dio el tratamiento sobre tabla. cuyo desenlace ya lo conocemos. Tratamiento a “lo pirro” en diputados y Cámara de Senadores, y ahora está en manos del gobernador, para su promulgación, rechazarlo o esperar los 10 días para su promulgación automática.
¿Quién pagará los costos políticos en medio de esta maraña?…cuando quede en descubierto la falta de solidaridad del mismo gabinete. Hasta ayer nadie defendía al gobierno y se pasó del reclamo salarial, a una protesta por el proyecto de ley de regulación de las protestas sociales, recientemente sancionada en la Legislatura provincial y allí encontraron los autoconvocados mayor solidaridad, en todos los niveles de la sociedad.
Hace dos días la CGT participó de la reunión con el gobernador bajo la promesa de convocarlos nuevamente.
Pese a la represión sufrida durante la penúltima semana de mayo y la legislación que limita las manifestaciones públicas, los trabajadores no se desmoralizaron y realizaron cuatro cortes coordinados, con las organizaciones sociales nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y Unidad Piquetera.
Se bloqueó el desplazamiento vehicular en varios lugares y se generó un caos vehicular.
La diputada nacional Verónica Caliva (FdT) entregó a la Asamblea Provincial de Docentes Autoconvocados un pedido formal al Ministerio del Interior de la Nación, para que medie con el gobierno de Salta con el fin de destrabar el conflicto docente. Cuenta además con el acuerdo de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de Nación.
Es así como, de esta manera, diferentes actores se fueron sumando a la protesta y al reclamo que iniciaron las y los docentes. Y hoy se sumaron, además, desde el gremio de Ademus, de los empleados municipales, y también los trabajadores de la Ciudad Judicial, quienes se cansaron de esperar pacíficamente que alguien resolviera por fin, ponerse en sus zapatos y reconsiderar el salario después de una tormentosa inflación. Sin embargo, nadie salió al cruce y nuevamente le toca a los propios trabajadores, autorepresentarse y tomar el control de las riendas de su vida para conseguir vivir dignamente, frente a la inoperancia que nos gobierna desde hace décadas.