Perdió autoridad por el brote de coronavirus en Jujuy. Según un sondeo de la consultora cordobesa CB Opinión Pública, el gobernador tiene hoy un 33,1 por ciento de imagen positiva contra el 50.5 por ciento que cosechaba en junio. Los comerciantes de la provincia se negaron a volver a fase 1, reabrieron sus locales y le hicieron un bocinazo.
Un incipiente estado de desobediencia civil a las indicaciones emanadas desde el gobierno provincial comenzó a exteriorizarse en Jujuy. Imagen: Sandra Cartasso
Un incipiente estado de desobediencia civil a las indicaciones emanadas desde el gobierno provincial comenzó a exteriorizarse en Jujuy, cuando la mayoría de los comerciantes de San Salvador y Palpalá desoyó la decisión del Comité Operativo de Ermergencias (COE) provincial de regresar a Fase 1 por siete días en ambas ciudades, dictada en la noche del domingo, de tal modo que el lunes las puertas de los locales estuvieron abiertas. El disgusto exteriorizado espontáneamente tuvo forma de sonoro bocinazo en el centro de la capital, minutos después de que concluyera el informe del devaluado COE. El desgaste de la autoridad del gobierno a cargo de Gerardo Morales lleva varias semanas, al punto de haber caído al escalón más bajo en un ránking de la imagen de gobernadores hecho por la consultora cordobesa CB Opinión Pública que tuvo rápida difusión entre medios jujeños.
“Colegas, acabamos de hablar con gente del Ministerio de la Producción y nos dieron el visto bueno para que mañana abramos todos con la normalidad con que lo veníamos haciendo. Hay cuestiones con el nivel nacional que, este… no lo pueden decir abiertamente que el comercio abra de manera normal y que no estamos en Fase 1, pero no va a haber ningún tipo de sanción ni vamos a ser pasibles de multas”, anunció el presidente de la Cámara de Empresarios de Jujuy, Luis Alonso, en un audio viralizado en las últimas horas del domingo. Muy velozmente, así quedaba consumada la rebeldía de los comerciantes y empresarios de San Salvador de Jujuy y la vecina Palpalá –dos ciudades calificadas como áreas rojas por el fuerte rebrote de casos de coronavirus–, ahondando un proceso de deslegitimación social de las indicaciones televisadas del COE, que para su mayor desgaste, hace varias emisiones que no es conducido en forma personal por el gobernador Morales, quien guarda reposo domiciliario tras haber contraído covid-19, al igual que su vicegobernador, Carlos Haquim.
“Ya se acordó con la gente de la municipalidad y nadie va a controlar el hecho de que estemos abiertos. Se va abrir normal. Todos queremos abrir, se va a abrir. No lo dijeron explícitamente porque hay muchas presiones del nivel nacional, pero por lo menos empezamos por eso. Las presiones son muchas de todos lados, pero se abre”, redondeó en su audio el dirigente empresario.
La confusión por las marchas y contramarchas se acentuó en la mañana del lunes cuando el ministro de Producción, Exequiel Lello Ivacevich, formuló el anuncio de autorizar la apertura de los locales a un solo medio periodístico, tras reunirse con representes de cámaras sectoriales. De la medida quedó exceptuado el sector gastronómico, que deberá continuar funcionando con la modalidad de delivery. “Que no se aguanten un bocinazo y deban retroceder con la medida anunciada es otro síntoma del desconcierto en el que ha caído el gobierno provincial”, explicó un legislador provincial de la oposición.
A poco de haber participado en una reunión con el ministro de Salud provincial, Gustavo Bohuid, la secretaria general de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina de Jujuy, Yolanda Canchi, contó a PáginaI12 que el funcionario admitió que el regreso a la Fase 1 “lamentablemente no había podido ser llevado a la realidad porque inmediatamente hubo una marcha de protesta de comerciantes”.
Desde el punto de vista sanitario, “el hecho de que no se cumplan estas restricciones hace que lamentablemente haya más casos de morbimortalidad, con los problemas que tenemos de que ya no se encuentran camas ni en el sector público ni en el privado porque estamos en el pico de la pandemia”, reforzó la sindicalista.
La apertura de facto de los comercios va a contrapelo de la opinión de los sectores que vienen reclamando regresar a la Fase 1 del ASPO para intentar interrumpir la cadena de contagios, muy acelerada entre julio y agosto. Mientras aumentan las contradicciones al interior del gobierno de Morales, el número de infectados y de víctimas por covid continúa en ascenso. El lunes se registró el mayor número de casos para una sola jornada: 254. Según el último informe del COE, 6.632 personas resultaron positivos para COVID, de los cuales 192 fallecieron.
Para Lucas Perassi, docente de la facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy, la imagen de “padre protector” que se auto construyó Morales entró en franca crisis luego de que se comprobara que el virus ingresó y se desperdigó por la provincia luego de que miembros de su comitiva cruzaran a Bolivia para comprar hojas de coca, y resultaran infectados. “Se le volvió en contra la imagen de hombre común jujeño porque pasó a ser una muestra más de poca seriedad y parte del circo”, dijo a PáginaI12.
“Ahí se fue desmoronando la palabra autorizada del COE y perdiendo su significado. De hecho, en las reacciones de las redes sociales se notaba el paso del ‘me encanta’ del jujeño épico que se salvaba frente al entorno de Bolivia, Chile y Salta que se enfermaban, al ‘me enoja’ o ‘me entristece’ de los últimos COE, con una baja en las redes sociales oficiales de 5.000 a 1500 televidentes”, analizó Perassi. Según el docente de Lingüística y de Análisis del Discurso, “empieza a haber una desconfianza y luego un desgano en relación a ese programa porque se siente el abatimiento. Ahí Morales no supo reconstruir la imagen que no fuera la de autoritario, y no puede construir confianza. Ya nadie le cree y todo esto tiene que ver con la idea ya fija en la mente de los jujeños de que él es culpable directo de traer el coronavirus al territorio”.
Tras permanecer varios días colaborando junto a un equipo de profesionales enviados a Jujuy por el ministerio de Salud de la Nación, la subsecretaria de Calidad, Regulación y Fiscalización, Judit Díaz Bazán, recientemente regresó a Buenos Aires con un informe en el que señaló 14 puntos flacos en la gestión sanitaria local, sugiriendo correcciones para mejorar el abordaje. Pese a haber sido un diagnóstico compartido con las autoridades jujeñas, el director del COE, Omar Gutiérrez, sorprendió con una declaración en Radio Nacional Jujuy en la que afirmó que “hubo un aporte de Nación pero no ha tenido el efecto que nosotros buscábamos”, y añadió que “la verdad la que gente que ha venido no nos ha dado la solución que nosotros esperábamos en este momento”.
Paralelamente, y en reemplazo del convaleciente gobernador, un coro de dirigentes oficialistas irrumpió en los medios para denunciar “actitudes desestabilizadoras en lugar de colaborar” por parte del legisladores nacionales y provinciales del Frente de Todos. El que más lejos llegó fue el diputado radical Luciano Rivas, quien en vivo en un programa político por un canal de aire calificó como “lacras rastreras hijas de puta” a Carolina Moisés, Alejandra Cejas y Emanuel Palmieri.
La divulgación de una encuesta por parte de CB Consultora Opinión Pública, una empresa cordobesa que realiza sondeos de opinión, revolvió aún más el avispero político. El estudio reveló que Gerardo Morales tocó fondo en un ránking de gobernadores, con 33,1 por ciento de imagen positiva, que es encabezado por el mandatario misionero Oscar Herrera Ahuad, con una imagen positiva de 67,8 por ciento.
Lo significativo es la caída de 17 puntos que registró Morales en relación a junio, cuando en el mismo estudio midió 50,5 por ciento. La fecha coincide con la aceleración de casos de coranavirus en Jujuy, al punto de convertir a la provincia en el centro de las miradas a nivel nacional. Informe: Mariana Mamaní(Página 12)