Les resulta insoportable que se hable de una nueva normalidad, con más derechos para todes. Que el agua, el gas, la luz e incluso la telefonía fija sean servicios públicos bueno, pero que ya también lo sean internet, la telefonía celular y la televisión por cable es demasiado para ellos. Qué distinguiría a la gente bien de todos esos que hasta pretendieron tener ¡y tuvieron! un plasma, un celular, un auto, salidas a cenar y hasta auto!
Por estos días, en una nota televisiva, la diputada nacional Virginia Cornejo hablaba de “la clase de país” que quiere el gobierno. Y le confirió al DNU que declara públicos a los servicios comunicacionales un aire de intervencionismo estatal, mas aún, habló de estatización.
Hay que aclararle a la diputada que los vocablos “público” y “estatal” no son lo mismo. Que los ahora “servicios comunicacionales públicos” serán simplemente eso…públicos pero que no pasan a manos del Estado, que no los prestará el Estado, que apenas regulará los precios para evitar que sean abusivos.
En esa misma entrevista, la periodista se presta al juego y pregunta si la diputada sabe “de dónde vienen esas ideas” que al parecer serían demoníacas. Y con la respuesta de la diputada queda en el aire flotando una k.
Asegura además la diputada que el 70 % de los argentinos no quieren “esto”. Hace una suma algo extraña la diputada de JxC: 30% del macrismo mas 41 % que votaron a Mauricio Macri hacen ese 70%, sin reparar que dentro del 41 % está el mentado 30%; tampoco tiene en cuenta que la imagen positiva del Presidente Alberto Fernandez ronda el 78% ni que JxC perdió las elecciones y que para llevar a cabo sus políticas sectarias deben presentarse de nuevo a elecciones y GANARLAS.
También hay que decirle a la diputada Cornejo que “esas ideas” no son de la Sra. Vicepresidenta de la Nación sino de toda una corriente de pensamiento que tiene por objeto establecer la democracia económica, social, cultural, comunicacional, pluricultural que la asusta. Que a su vez “esas ideas” son de índole global y es de avanzada la aspiración de que las nuevas tecnologías sean del uso de todes los seres humanos, que ya están vigentes para Noruega, Suecia y otros tantos países. Que es volver para atrás gobernar para unos pocos.
Que el hecho de que podamos gozar de ellas todes les argentinos es para “la clase de país” que soñamos quienes elegimos al gobierno democrático que mal que le pese no fue elegido para cogobernar con la oposición.
La cuestión ya no es política sino ética. Legislar sectariamente cercenando los derechos de los sectores populares no es ético.
Finalmente algunas consideraciones puntuales:
Quienes se oponen a lo determina el DNU 690/20 aducen que es intempestivo. ¿Puede considerarse intempestivo cuando la pandemia y la cuarentena administrada hacen absolutamente imprescindible que la comunicación por las redes se extienda hasta los confines del país hasta para salvar vidas?
También se aduce que con la telefonía , en sus distintas modalidades llegan al 95 % de la población…entonces cuál sería el inconveniente de que sean declaradas esenciales y públicas? Públicas y esenciales tan sólo significa que su alcance debe ser universal (para todes).
Aseguran los prestadores del servicio que el problema es la incertidumbre. Preguntamos ¿con respecto a qué?
Afirman que cubren con al 82,9 % de los hogares con Internet…entonces? ¿Cuál es impacto negativo si se pretende llegar al 100% al ser esenciales?
Se declara por el DNU que siguen siendo una industria en competencia.
¿En realidad es el freno a los aumentos abusivos lo que los limita? ¿ Lo que les preocupa es que deban atenerse a la regulación de un Ente que controle costos y rentabilidad?
C.P.N. Adriana Farah
Trabajadora Política