El presidente Alberto Fernández despidió este lunes a Evo Morales en la frontera entre Argentina y Bolivia, en La Quiaca, después de 11 meses de exilio.
Fernández destacó la importancia del regreso del exmandatario Morales, a su patria, «de la que nunca debió haber salido y nunca debió haber sido maltratado como lo fue”, al tiempo que reivindicó la «Patria Grande que quiere crecer, justicia y desarrollo para todos».
“Es un día muy importante para todos, es muy lindo estar en La Quiaca con este motivo, que es garantizarnos que nuestro querido Evo Morales regrese a su patria, de la que nunca debió haber salido y nunca debió haber sido maltratado como lo fue”, dijo el jefe de Estado argentino al despedir a Evo Morales.
El Presidente argentino acompañó a Evo Morales hasta la mitad del puente internacional Horacio Guzmán, que une ambos países y que comunica con la ciudad boliviana de Villazón y en un emotivo mensaje, en el marco de un breve acto del lado argentino de la frontera, en la localidad jujeña de La Quiaca, Alberto Fernández despidió a Evo, luego de haber permanecido en Argentina durante 11 meses exiliado.
Previamente, Morales y Alberto Fernández habían compartido un desayuno y el exmandatario boliviano había sido distinguido con el título de profesor honorífico por parte de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Universidad Nacional de Jujuy.
En su mensaje pronunciado en el puente internacional, Alberto Fernández lamentó que “en los últimos años, América Latina fue desintegrándose en individualidades” y recordó que el camino es otro, porque “somos parte de una patria grande que quiere crecer, y quiere justicia y desarrollo para todos”.