La situación de duelo decretada por el Ejecutivo provincial gaucho abrió una polémica y diversas interpretaciones en torno al fallecimiento de Roberto Ulloa. Aunque también esto trajo a cuento las semblanzas sobre su hermano mellizo, Fernando. Este último, un auténtico prócer para las entidades defensoras de los Derechos Humanos y del ambiente psi.
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F.P.
La imposición de duelo por el fallecimiento del ex gobernador de facto –luego también en el período democrático- Roberto Ulloa, mereció lecturas que develaron un abanico interesante de impresiones al respecto. En particular, el paralelismo con otro Ulloa: Fernando, el hermano mellizo -del mandatario nombrado por Videla para pacificar Salta- exiliado en Brasil durante la dictadura y reconocido militante por los Derechos Humanos.
Provenientes del mismo hogar en Pigüé, el fallecimiento de Fernando en septiembre de 2009, más que un par de días de duelo, mereció que lleve su nombre el Instituto de psicoanálisis que colabora con Abuelas de Plaza de Mayo. Hacia la mitad de la década anterior, el profesional le contaba a Página 12 que comenzó “a trabajar la cuestión de la crueldad a partir de un peritaje para Abuelas de Plaza de Mayo, en un caso judicial. “La pregunta que se nos formulaba a los peritos era: ¿qué consecuencias sufre un bebé cuya madre fue torturada con picana eléctrica cuando él estaba en su vientre, mantenida con vida hasta el parto y luego asesinada”?, rememoró.
Según Fernando, “esa pregunta trazaba el paradigma de todas las crueldades”. Y ponía como la contrapartida de esa crueldad a la ternura, entendida por Ulloa como “el primer elemento para que se constituya un sujeto social, que comprende el abrigo, el alimento y el buen trato”.
Hasta mediados de 2009, Fernando Ulloa mantuvo su vocación de asesorar a varios equipos de salud que actuaban en barrios carenciados de Neuquén y del conurbano bonaerense. A partir de esta experiencia, desarrolló su hipótesis respecto a la “cultura de mortificación”, la que se expresa “cuando la queja no se eleva a protesta y las infracciones sustituyen a las transgresiones”.
En cuanto a los dos Ulloa, y en alusión al ex mandatario de facto, la psicoanalista Sofía Koconos sintetizó que “se llevó el silencio de los cobardes”. En un escrito que tuvo alta rotación en las redes sociales en las últimas horas retrató al Capitán de Navío como “un camaleón con pose de abuelito de Heidi que buscó generar un sentido lavado de la dictadura cívico, eclesiástica, militar”.
En esta reseña del militar fallecido este fin de semana largo, noticia que quedó un tanto lavada por el deceso del técnico Alejandro Sabella, de todas formas Koconos remarcó su negativa a dar información sobre detenidos y desaparecidos en Salta. Aunque también aseguró que “en su familia, Fernando Ulloa, su hermano gemelo que falleció hace 12 años, lo sabía de manera directa”.
Una indicación con la que coincidió plenamente Nora Leonard, dirigenta de organismos salteños de Derechos Humanos, en diálogo con NdR. En particular, lo relativo al caso del escribano Melitón Bustos, desaparecido en 1978, cuando Roberto Ulloa llevaba un buen tiempo al frente del Ejecutivo de Salta, pero que en la justicia federal se mostró reticente a brindar información cuando se lo solicitaron.
En el escrito antes mencionado, Koconos se preguntó: “no sé cuántos de quienes admiran a Fernando Ulloa porque conocieron su valía de persona, conocen que un hermano gemelo suyo era quien era”. En la comparación de los Ulloa, la especialista contrapuso: “Por un lado el gran psicoanalista y defensor de los derechos humanos Fernando, por el otro un militar cómplice de genocidas y partícipe necesario de una dictadura que asoló a un país todo. Que este último jamás descanse en paz”.
El martes, dividido en ANS y DNS (Antes y después de la noticia de Sabella), marcó una actividad intensa en la que Ulloa fue uno de los apellidos más citados. En la franja horaria ANS, el abogado de derechas Gonzalo Guzmán Coraita impulsó unas palabras elogiosas para despedir al Gobernador de facto, durante el período 1977-1982. Hasta que le salió al cruce, en el hemisferio de las redes sociales el ex Secretario de Derechos Humanos, Oscar Guillén.
El reconocido letrado, en su objeción a dicho panegírico de GGC, a partir de la consideración hecha por su contrincante abogadil de Ulloa como “el mejor Gobernador”, a lo que Guillén encuadró como “algo tan subjetivo como cuestionable”. En referencia a quien conduce el programa institucional televisivo del Colegio de Abogados de Salta –Guzmán Coraita- el reconocido jurisconsulto expresó su discrepancia por esa pretensión de encarnar en El Capitán un supuesto “ejemplo de ética y honestidad”, cuando la posteridad lo tendrá como un “delegado de la dictadura más cruel y apátrida que conoce nuestra historia”.
Proyectado en el tiempo, hasta los años del retorno de la democracia a nuestro país, Guillén destacó que si bien luego Roberto Ulloa fue elegido por voto popular “eso no cambia el hecho que participara del Terrorismo de Estado que azotó al país, a todo el país, del 76 al 83”.
Incluso, el ex Secretario de Estado provincial puso en los platos de la balanza que “una persona con un mínimo de sentido de ética no hubiera formado parte de un gobierno condenado universalmente por desapariciones forzadas de personas, por torturas, por apropiación de niños y por violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos”. Un indicador que el debate está lejos de cerrarse.
Fuente: Nota dbe Redacción. 9 de diciembre de 2020.