Perczyk resaltó la «obligación» de crear «pactos educativos» con las provincias en 2022.
Medido, pausado en sus respuestas y consciente del desafío y de la situación crítica que significa recuperar a los casi 500.000 niños y jóvenes que aún no están en el sistema educativo tras el año y medio de pandemia, el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, aseguró que de la crisis «vamos a salir mejores si somos capaces de aprender«.
Con una trayectoria de más de 25 años como docente, rector de la Universidad Nacional de Hurlingham, presidente del Consejo Interuniversitario Nacional y secretario de Políticas Universitarias antes de asumir como ministro en septiembre de este año.
«Argentina tiene un sistema educativo que requiere el acuerdo de la Nación con las 24 provincias y cada una tiene responsabilidades que son concurrentes», argumentó el titular de la cartera educativa durante un diálogo con Télam, en el marco de un ciclo de entrevistas que esta agencia realiza con integrantes del Gabinete nacional para conocer las metas del Gobierno de cara al 2022.
-El mayor logro en educación en 2021 es haber recuperado la presencialidad plena en las escuelas. ¿Cuáles fueron las estrategias que se implementaron en un contexto donde la pandemia puso en evidencia las enormes desigualdades sociales y educativas?
-Haber logrado la presencialidad es un gran logro de la sociedad argentina, tiene que ver con la vacunación, con el acuerdo federal con los ministros, el apoyo de los sindicatos y muy especialmente el compromiso de los docentes y el esfuerzo de los chicos y chicas que se esforzaron mucho para seguir estudiando en condiciones muy complicadas. Hay muchos chicos que no pudieron volver, que se nos fueron por situaciones de una enorme injusticia social y condiciones estructurales. Hacia ellos destinamos casi 10.000 millones de pesos para que estén en el 2022.
-¿La estrategia de salir a buscar a los chicos casa por casa está funcionando bien en todo el país?
-Del millón de chicos que dejaron la escuela o tuvieron una vinculación intermitente ya pudimos recuperar casi al 50% con la estrategia de ir a buscarlos casa por casa. Para ello hay un enorme trabajo de las escuelas y del personal educativo que llaman por teléfono o van a los hogares. En el 2022 tenemos programadas las escuelas de verano, donde el 30% de la carga horaria será en Lengua y Matemáticas, y ahí cumpliremos el doble objetivo de revincular a los chicos con la escuela y recuperar contenidos. Además, ya se trabaja a contraturno, los días de semana y los sábados y también se incrementarán las becas. Tenemos que saber priorizar los contenidos para poder tener una trayectoria escolar que sea posible para adelante.
-Una decisión política muy fuerte fue haber destinado 5.000 millones de pesos para que todos los chicos vuelvan a la escuela. ¿Cómo están cumpliendo las provincias con este objetivo?
-Creamos un fondo con un compromiso federal en acuerdo con las provincias. Cada provincia tiene una estrategia distinta para ir a buscar a los chicos que no están en la escuela, como ser llamados telefónicos, oferta educativa acorde a la realidad de cada chico, y eso está funcionando muy bien, pero nos faltan todavía alumnos, por lo que hay que redoblar los esfuerzos. Adicionalmente a los 5.000 millones transferimos a casi 15 mil escuelas 3.000 millones de pesos para refaccionarlas, 900 millones a 15 mil cooperadoras para que acompañen el proceso de vuelta a la escuela y 1.000 millones adicionales a las escuelas técnicas para equipamiento. En total, hicimos una inversión de casi 10.000 millones.
-La pandemia hizo que el mundo se sumergiera en una crisis educativa al tener que cerrarse las escuelas y la Argentina no estuvo exenta de ella. ¿Cree que ésta es una oportunidad para introducir los cambios que el sistema educativo necesitaba?
-Creo que toda crisis es mejor no tenerla. Los argentinos nos miramos mucho hacia adentro, pero la Unesco publicó un estudio en el que dice que hay 500 millones de chicos en la región que no aprendieron a leer y escribir. La situación fue crítica y aún no logramos tener la dimensión real de lo que nos pasó. Creo que de esta situación vamos a salir mejores si somos capaces de aprender, si aprovechamos esta oportunidad para aprender, sino será peor. Argentina tiene un sistema educativo que requiere el acuerdo de la Nación con las 24 provincias y cada una tiene responsabilidades que son concurrentes, por ello tenemos la obligación de construir pactos educativos de cara al 2022.
-¿De qué forma la tecnología, que fue una gran aliada para sostener la educación en el 2020 y 2021, se introducirá en las currículas y en los sistemas de enseñanza el año próximo?
-Hubo un Gobierno que decidió que todo lo que hicimos respecto a la tecnología, como los canales educativos y la entrega de computadoras, no valía la pena. Hoy estamos recomprando computadoras para los chicos, pero fundamentalmente hay que capacitar a los docentes. Lo más fácil en cuanto a la incorporación de tecnología es la compra de computadoras, pero hay otros componentes como la conectividad de las escuelas (sólo el 33% de las escuelas tienen acceso a internet) o la instalación de pisos tecnológicos; pero hay un tercer elemento que es más difícil y aquí es donde entra el concepto de crisis y oportunidad que es el perfeccionamiento y capacitación docente.
-¿Cuál es el cambio de paradigma que planteará la incorporación de la tecnología en las aulas cuando todos los docentes estén capacitados?
-La educación históricamente tradicional dice que los profesores sabemos algo que los chicos no saben y se lo tenemos que enseñar. Estamos ante un momento que por primera vez en la historia los chicos saben más que nosotros, tanto en programar como en usar la tecnología. Es el momento para entender cómo usarla como recurso pedagógico y didáctico, para preparar las clases de otro modo. Tenemos que entender que es posible que nos co-eduquemos, que algunos chicos les enseñen a otros o que los docentes también aprendan en clase. Este será un cambio de modelo y en algunos aspectos sería muy trascendente, pero también los docentes son necesarios en la transmisión de valores para las generaciones que vienen. Otro cambio de paradigma será la incorporación de la tecnología en las escuelas de formación técnica para lograr una fuerte vinculación que pretendemos darle a la educación con el trabajo.