Falleció la mujer wichí Octorina Zamora 

Estaba internada desde hacía semanas. La enfermedad la obligó a suspender la recorrida por el territorio, al que asistía sobre todo denunciando la violencia contra las niñas y mujeres de su pueblo. 


Octorina Zamora falleció esta mañana, pasadas las 5.30, en la clínica donde se encontraba internada desde hacía días, acompañada por sus afectos más cercanos. «Octorina i leiyejh hohnat, dejó la tierra«, informó su hija, Tujuayliya Gea Zamora. 

El desenlace se esperaba desde ayer. Hacía días que la enfermedad la había obligado a detener su agenda de viajes y recorridas por los territorios de Salta y la provincia del Chaco, donde la requerían con el fin de visibilizar las luchas para que se detuviera la violencia contra las niñas y mujeres del Pueblo Wichí, sobre todo los abusos sexuales de parte de criollos, que ella rehusaba llamar «chineo». 

Se definía a sí misma con estas simples palabras: «mujer wichí», y desde los 90 a la actualidad fue una figura destacada en la lucha por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, particularmente los de su pueblo. 

En los 90, cuando el capitán de navío golpista Roberto Arturo Ulloa llevaba a cabo su gobierno institucional, elegido por la mayoría del voto salteño, Octorina puso una carpa en la plaza central de la ciudad de Salta, la 9 de Julio, para reclamar por la vulneración de derechos a su pueblo. Mucha gente se dio entonces por enterada de la situación de los pueblos naciones indígenas en la provincia. 

En la plaza 9 de Julio, en 1992. 

Ayer, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) le entregó a Octorina la primera distinción honorífica “Eulogio Frites”, «en reconocimiento a su trayectoria y compromiso inclaudicable en la defensa permanente de los derechos de niños, niñas, jóvenes y mujeres de los Pueblos Originarios y del medio ambiente».

Eulogio Frites fue también un destacado luchador de «la protección, defensa y ampliación de los derechos de las comunidades y pueblos indígenas», reseñó el INAI.

«Es imprescindible e impostergable reconocer desde el Estado a integrantes de los Pueblos Originarios», dijo la presidenta del INAI, Magdalena Odarda, y destacó de Octorina que visibilizó «las realidades existentes en el territorio» y se esforzó por el fortalecimiento de los pueblos indígenas, «viene sembrando semillas en muchas personas, que con seguridad seguirán acrecentando ejemplo, su legado de lucha y resistencia frente a la marginación que sufren las distintas comunidades”, afirmó. 

Octorina debió detenerse para atender su salud poco después de que acompañara la presentación de unas 30 mujeres wichí que denunciaron haber sido abusadas y pidieron protección para sus hijos nacidos de estas prácticas aberrantes que todavía llevan a cabo muchos hombres criollos, sobre todo en el Chaco salteño. También denunciaba los femicidios de niñas de su pueblo, tanto en el norte de Salta como en el Impenetrable de la provincia del Chaco. 

«Las feministas tenemos la obligación moral de tomar sus banderas y continuar su lucha», la despidió hoy la periodista Marta César, que la acompañó en muchas de sus luchas. 

Fuente: Página 12

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