Por: Lic. Félix González Bonorino
Me tocó declarar como testigo en la audiencia del juicio que se lleva a cabo por la muerte de mi hijo, Alejandro González Bonorino, en un accidente de tránsito en Salta hace más de 4 años. Luego de responder a las requisitorias solicité leer este texto que adjunto aquí. Se los mando como un aporte para pensar que el problema es mucho más grande de lo que se dice.
Sr Juez, el domingo 20 de noviembre fue el Día Internacional de las Víctimas de Accidentes de Tránsito. Lamentable coincidencia con el inicio de este juicio.
Los accidentes son la 1ª causa de muerte entre jóvenes de 18 y 25 años y la 2ª causa de muerte entre los 25 y 35 años de edad. Alejandro tenía 36, no entró en esta estadística.
La Provincia de Salta tiene un impresionante número de muertos por accidentes de tránsito de alrededor de 250 fallecidos por año desde hace cerca de 10 años y no los logramos bajar.
Estos números son mucho peores cuando nos adentramos en los heridos o tullidos para siempre. A las familias destruidas para siempre.
Abrir un periódico los lunes es encontrarse con fotos de accidentes de todo tipo y muchas veces protagonizados por colectivos.
Según los datos oficiales, las dos causas más importantes de los accidentes en Salta son el alcohol y el exceso de velocidad. Algunas veces las dos vienen juntas.
Hace algunos años hice un curso de “Manejo Defensivo”. Los instructores allí fueron terminantes, si uno busca en la causa de un accidente automovilístico la casi totalidad, hablaban de 95% o más, tenía causas humanas, errores de conducción.
Está demás decir que un chofer de transporte de pasajeros debe conducirse con este criterio. Anticipar cualquier situación inesperada. Elegir el camino que disminuya los riesgos.
Pero quiero detenerme en otros elementos. Existen otras variables que concurren a hacer más importante el “manejo defensivo” y la responsabilidad de los choferes en general, porque atentan contra sus capacidades de reacción.
Infraestructura Urbana. Parte de Salta está pensada para los tranvías o las carretas de tiempo atrás. Una misma vereda puede tener 3 mts de ancho en una parte y 1 mt en otra. Los peatones tienen que hacer malabarismos para ordenar ese embudo urbano producto de la desidia municipal. Y esto es mucho peor en la zona céntrica, la zona antigua, donde los comercios se amontonan y la concurrencia de gente también. Y justo allí, donde la situación es más caótica, allí están las paradas de colectivos, sin ninguna protección. Allí, un error equivale a un accidente.
El equipamiento. Los colectivos tienen dimensiones no aptas para nuestras calles. Yo mido 1,90 mt y agregados a los 17 cm de una vereda, llego a más de 2 mts y más de una vez me he corrido para que el espejo retrovisor de la unidad no me pegue. Es decir que las características definidas por las empresas cuando adquieren los colectivos amenazan la vida de muchos salteños.
Lo voy a poner más gráficamente. Si un colectivo se desplaza con las ruedas junto al cordón de la vereda, el espejo viaja 30 cm dentro de la vereda y si la vereda tiene 1mt de ancho, el espejo ocupa el 30% de la vereda en su movimiento. Una verdadera amenaza que se podría corregir si se quisiera.
Las empresas de transporte también tienen su cuota de responsabilidad. En una empresa de colectivos la eficiencia se traduce en velocidad. Ninguna empresa lo va a reconocer, pero allí está, como un mito urbano que se materializa. Antes era un inspector con una libretita y una birome, registrando los horarios de paso por alguna esquina. Hoy lo hacen con un invisible GPS que todo lo controla. Las empresas dicen que no les exigen velocidad, pero lo cierto es que sus unidades van muy rápido y entonces no se entiende porqué.
La legislación y la costumbre. En otros países la prioridad de paso del peatón es clara y practicada. Desde la Cuba comunista al Chile ultra liberal, para no salirnos de nuestra Iberoamérica, el peatón tiene prioridad, en cualquier lado.
Según la asociación Civil Luchemos por la Vida, en la Argentina el 94% de los conductores no les cede el paso a los peatones.
Esta costumbre debe ser corregida. Esta costumbre tiene que ver con la preponderancia de la ley del más fuerte que es la ley de la selva. Llevamos 2500 años de Derecho Romano separándonos de la selva como para volver a ella. Las indicaciones recomiendan que los conductores hagan correcto uso de las luces, los guiños y la bocina en presencia de peatones. Siempre atendiendo y anticipando los movimientos del peatón.
Para terminar, Sr. Juez, acá estamos participando en un juicio de un accidente que pudo evitarse, donde se evaluará la responsabilidad de un chofer en haber atropellado y matado a mi hijo. Ahora toca el momento de las pericias, los testigos y los alegatos sobre este hecho concreto.
También podemos, sin restarle ni un ápice a la responsabilidad anterior, observar como la sociedad desde lo administrativo, el ordenamiento vial, la infraestructura urbana, el diseño de los vehículos, las prácticas empresariales, la legislación y la cultura parece trabajar para mantener un statu quo que anticipa otros 250 Alejandros muertos este año.
Si hacemos siempre lo mismo, no esperemos resultados diferentes. No son comisiones las que van a corregir esta situación, son acciones concretas.