Hay motivos para festejar

La negrada tuvo muchos motivos para festejar.

La selección sigue subiendo la cuesta y las muchedumbres lo celebran en todas las calles de todo el pais.

La emoción y la soberbia nacional llegan a extremos peligrosos. Desmesuras nacionalistas, seguramente, aunque es cierto que en centenares de ciudades se cantó y bailó con euforia. Muchedumbres dichosas en un casi feriado espontáneo que inundo bares y confiterías.

Los gorilas dicen «acá buscan cualquier pretexto para no trabajar» mietras en el Congreso Nacional, se necesita una reforma laboral que suprima las indemnizaciones por despido y otros derechos que conspiran contra el desarrollo económico.

La derrota contra Croacia en Rusia 2018 fue un bajón, el 0-3 fue un dolor insoportable-

En Qatar la Selección se tomo la venganza y cambio y retribuyó el resultado, Una actuación colectiva memorable, aprovechando cada momento poniendo grogy, sabiendo que se venia el nokaut, y así fue después del segundo gol.

Los equipos a menudo se comportan como si fueran una persona. Se abaten ante la adversidad como con Arabia Saudita. Se rehabilitan luego. Se desconcentran o relajan como nos paso con los «Paises Bajos».

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La jugada de Messi previa al tercer tanto -corriendo casi contra la raya, en paralelo a la línea de gol sin perder la pelota ni la vertical ni la visión periférica, con amagues, el adversario sin poderlo detener- contraría la ley de gravedad.

Consagracion para Julián Alvarez que participó en las tres goles y que corre para marcar a todos los adversarios, y allí corren las comparaciones y los recuerdos entre el segundo de Julián y un golazo de Mario Alberto Kempes en el Mundial de 1978.

Messi reversionó a su manera insuperable, el célebre del gol de Maradona a los ingleses en 1986. «Aladino eterno del fútbol, zurda infinita y extraordinaria».

El equipo ganó, goleó y gustó. Los croatas mostraron templanza en una competencia desdichada.

No pegaron, hicieron cuanto estuvo a su alcance para descontar. Su mejor jugador Luka Modric, un crack, mantuvo su romance con la pelota en las buenas y en las malas.

Respeto para ese tipo. La escena en que se arroja vanamente a los pies de Julián para impedir el segundo gol es simbólica y en una de esas injusta. Pero la vida continúa y los viejos luchadores dejan paso a las jóvenes generaciones.

Hay futuro para Álvarez y Enzo Fernández si no sucede alguna desdicha podrán participar en tres o cuatro mundiales más, brillan con atrevimiento en el estreno.

Marruecos para ahorrarse un papelón

Marrueco puede ganar… ¿se viene una final tercermundista?”.

La birra, LA BEBIDA OFICIAL se le subió a la cabeza. Embriagaban a las multitudes argentinas en todas las confiterias y alli siempre parace un gorina europensante, son mejores los equipos europeos y se consideran los mejores del mundo. Pero claro, nosotros los latinos con nuestra su idiosincrasia, con los cantitos, con armar una fiesta en medio de la malaria… otra vez el «gorila»: «¿Por qué conservan tantos hábitos populistas? ¿No comprenden que el populismo es puro presente, que siega el futuro, que reparte lo que no hay?”.

Anda a cagar gorila.“El populismo no reparte lo que no hay, un imposible. El populismo amplía los márgenes, crea y reparte lo que no había: poder, riqueza, felicidad. Cuando funciona bien, claro”.

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Argentina jugó cuatro finales en la era profesional, la de 1930 antiguedad- Las contemporáneas a partir de 1978, cuarenta y cuatro años competitivos. En esa faceta, menos mal que no somos ni Australia ni Canadá.

Se ganaron dos, se perdieron dos. Hay que desempatar contra Marruecos, la revelación o contra Francia que viene como favorito, último campeon del mundo -Francia y Argentina ganaron dos mundiales cada cual. Uno de local, el segundo de visitante. Si los galos llegan habrá que desempatar.

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La gente común festejó, pero El Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta valló las inmediaciones del Obelisco. Es hincha de Racing, le gusta el futbol pero no puede con su genio o su ideología. Su policía reprimió a personas inermes, bajo las órdenes de Marcelo D’Alessandro, el ministro viajero y chateador.

El domingo, el horario especial, abren perspectivas para juntarse en la previa. Picadas o pizza o empanadas o un asadito, hasta para pastas hay margen.

Quien les habla es agnóstico en materia religiosa y promueve el laicismo republicano como ciudadano democrático. Como futbolero admite que un cacho de superstición, como un amparo judicial, no se le niega a nadie. Burla burlando acumuló tres, bastante light, no negociables. Cruzar los dedos no es una, tocar madera tampoco. Vamos subiendo la cuesta, eso sí.

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