Daniel Ortega retira nacionalidad a 94 opositores
En continuidad con la política de liberar y deportar a 222 presos políticos, este jueves el gobierno nicaragüense retiró la nacionalidad a opositores de todo el arco político.
A los 94 opositores expatriados, se les “declaró traidores a la patria” y se les impuso penas de “inhabilitación absoluta y especial para ejercer cargos públicos, ejercer la función pública en nombre del servicio del Estado de Nicaragua” y “ejercer cargos de elección popular y la pérdida de sus derechos de manera perpetua”. Además: “se ordenó la pérdida de la Nacionalidad Nicaragüense, la inmovilización y decomiso de sus bienes inmuebles y sociedades a favor del Estado de Nicaragua y se les declaró prófugos de la justicia”.
La inusitada acción se hace apenas transcurrida una semana de que el régimen de Ortega-Murillo liberara a 222 presos políticos, pero deportándoles del país hacia Estados Unidos y eliminando todos sus derechos democráticos.
Este nuevo acto represivo, apunta a fortalecer el gobierno Ortega-Murillo y efectivamente como señala la familia Baltodano, es un avance en el sentido dictatorial del régimen. Más aún, este ataque contra todos estos sectores políticos de todo el arco político nicaragüense, apunta al ahogamiento de cualquier disidencia interna y el más mínimo y elemental derecho de organización política democrática, lo que se traduce en una represión abierta sobre los más elementales derechos políticos de todo el pueblo nicaragüense en el marco de su escalada represiva y autoritaria.
En un reciente acuerdo de Estados Unidos con Nicaragua, tras el cual se liberaron a los 222 presos políticos, una gran mayoría pertenecen a los partidos de la oposición de derecha o vinculados a sus partidos. Sin embargo, dentro de Nicaragua continúan presos un número no identificado de trabajadores, campesinos, estudiantes, que no son parte de la derecha política nicaragüense y que continúan presos en Nicaragua luego de la rebelión de 2018 y que fueron parte de la resistencia al gobierno de Ortega, que incluso no son incluidos en las listas de presos políticos.
La lucha por la libertad de los presos se ha desarrollado y se sigue desarrollando dentro de la propia Nicaragua por parte del pueblo nicaragüense, así como de las organizaciones de migrantes nicaragüenses que no han cesado en denunciar al régimen orteguista en los distintos países, así como de las campañas internacionales que se han venido llevando a cabo.
Pero, enfrentar al régimen de Ortega-Murillo no puede ser de la mano de los partidos de la oposición de derecha y menos del gobierno estadounidense, que aplica sanciones que sobre todo golpean al pueblo nicaragüense. Las libertades democráticas y los derechos del pueblo trabajador, campesino, de la juventud nicaragüense vendrán de la mano de su propia movilización independiente de los trabajadores, el pueblo pobre y los campesinos y de sus propios órganos de lucha, con la solidaridad de los pueblos oprimidos del mundo.