La “adecuación” de las obras literarias a la sensibilidad de época es una práctica que ha generado un intenso debate en el mundo editorial. Si bien es cierto que algunas obras pueden contener elementos ofensivos o políticamente incorrectos, eliminarlos es una forma de censura y de negar la realidad histórica. Además, es importante que los lectores tengan la oportunidad de crear su propio criterio respecto de la cambiante historia de las sociedades. En este sentido, la “adecuación” de las obras literarias a la sensibilidad de época es una forma de infantilizar al lector y de negarle la oportunidad de reflexionar sobre la sociedad en la que vive.
La “adecuación” de las obras literarias a la sensibilidad de época está generando debate en el mundo editorial. El último caso es el de la obra de la escritora británica Agatha Christie, cuyas novelas serán reescritas para evitar herir la sensibilidad de los lectores. El objetivo es eliminar pasajes o descripciones que pudieran considerarse ofensivos para los lectores modernos. Para ello, se ha creado una comisión de “lectores sensibles” que analiza las obras y sugiere los cambios necesarios.
Los cambios en las obras literarias no son una novedad. Ya en el pasado, se han modificado o eliminado pasajes que pudieran considerarse ofensivos o políticamente incorrectos. Sin embargo, la “adecuación” de las obras literarias a la sensibilidad de época ha generado un intenso debate entre los lectores y los escritores, que ven en esta práctica una forma de censura y una amenaza a la libertad creativa.
La obra de Agatha Christie, una de las más populares y leídas de la literatura de misterio, es un ejemplo de esta tendencia. Según el periódico británico The Telegraph, se han eliminado pasajes y personajes de las novelas de Christie que pudieran resultar ofensivos para los lectores modernos. Por ejemplo, se ha eliminado el término «oriental» y se ha reemplazado por «local», y se han eliminado referencias a los dientes y los físicos de algunas personas.
Sin embargo, estos cambios han generado críticas entre los lectores, que consideran que la obra de Christie es un reflejo de la época en que fue escrita y que eliminar los elementos considerados ofensivos es una forma de censura y de negar la realidad histórica. Además, muchos lectores consideran que la “adecuación” de las obras literarias a la sensibilidad de época es una forma de infantilizar al lector y de negarle la oportunidad de crear su propio criterio respecto de la cambiante historia de las sociedades.