El Dirigente del movimiento Revolución Popular, profesor de Historia y Director de la Revista Centenario, Leonardo Juárez, se refirió al pasado del recientemente fallecido Carlos Blaquier, dueño del Ingenio Ledesma, vinculado a la desaparición de personas durante la última dictadura militar en la Argentina. “Murió impune”, lamentó.
En entrevista para el programa Convicciones Políticas, conducido por Roberto Chuchuy, en FM La Cigarra 96.7 Mhz, Juárez se refirió a los hechos que marcaron la vida del empresario y los vínculos con letrados de Salta, que lo llevaron a dilatar la causa en la que fue implicado, “La noche del apagón”, en la provincia de Jujuy.
“Carlos Blaquier murió impune porque estaba acusado de delitos de Lesa Humanidad, producto de lo que se conoció como La Noche del Apagón, de Ledesma, en donde fuerzas combinadas del ejército, de la gendarmería y de la policía, utilizando vehículos de la empresa Ledesma y con una lista proporcionada por la empresa, allanaron y saquearon viviendas, detuvieron a jóvenes que fueron llevados a cárceles y a campos de concentración. Treinta y tres de ellos pasaron a integrar la lista de los detenidos desaparecidos, y otros soportaron años de cárcel”, relató el profesor.
En este sentido destacó el caso del doctor Luis Aredes, quien fuera intendente de Ledesma, “Se había atrevido a cobrar impuestos al Ingenio y fue uno de los desaparecidos en La Noche del Apagón”.
El Dr. Luis Aredez fue contratado por la empresa azucarera de Libertador General San Martín, como médico. Así conoció las enfermedades de la pobreza que aquejaban a los trabajadores, los zafreros, en particular tuvo una especial atención hacia los niños, por su especialidad médica que fue la pediatría.
Su compromiso con las poblaciones pobres a las que asistía como médico, le generó diferencias y tensiones con la empresa Ledesma, con la que se enfrentó también más tarde siendo Intendente de Libertador General San Martín y siendo asesor del sindicato y de la obra social de los trabajadores del azúcar.
El Dr. Aredez fue apresado por primera vez el día del Golpe, el 24 de marzo de 1976. Estuvo detenido en las Comisarías de Ledesma y del Ingenio y luego en el penal de Gorriti, hasta octubre de ese año que fue trasladado a la Unidad Penal 9 de La Plata, junto a otros presos políticos.
Tras su liberación el 5 de marzo de 1977, Aredez privilegió su compromiso con la gente de Libertador y en función de sus principios éticos y políticos, regresó a esa ciudad. Meses después fue nuevamente secuestrado y desde entonces permanece en calidad de detenido desaparecido.
Vinculación de la defensa de Blaquier, con la política salteña
Juárez analizó la relación entre La noche del Apagón, Carlos Blaquier y el ala política en Salta: “Cuando se inició el proceso en Jujuy para llevar a juicio al empresario, Alberto Lemos se fugó a la provincia de Salta y nunca se presentó a la testimonial, porque el seguramente debe saber dónde están los cuerpos de los compañeros. Hay un hecho concreto que tiene que ver con la política salteña y es que el defensor de Blaquier era Horacio Aguilar, el abogado del que fue juez de la provincia, y abogado de Juan Manuel Urtubey. Muchos dicen que la defensa de Blaquier, fue pagada por el gobierno de Salta”,
Juárez explicó que Blaquier quedó en libertad y que Aguilar fue también, el abogado que también defendió al ex gobernador Eduardo Fellner, presidente del Partido Justicialista y presidente de la Cámara de Diputados. “Los dos quedaron libres, entonces tenemos al abogado de Romero y de Urtubey, trabajando en la política jujeña”, señaló.
El profesor de Historia, se refirió además a la intervención de las políticas que beneficiaron al Ingenio Ledesma, y al Ingenio San Martín, sobre los que observa una constitución similar. “Yo denuncio que todos los gobiernos conservadores, peronistas, radicales, militares, todos sin excepción, han beneficiado a esta empresa con los subsidios al Bioetanol, que es el combustible que se origina por la caña de azúcar. El mito de la leyenda de “El familiar” fue solamente una invención para hacer desaparecer a cientos de empleados del ingenio, que reclamaban. Coincidentemente, eran siempre las personas que reclamaban”, manifestó Juárez.
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