En la Editorial del programa Convicciones Políticas, el periodista Roberto Chuchuy analiza el actual contexto inflacionario y de negociaciones internacionales del ministro de Economía de la Nación, que de momento, contuvieron el debate y la incertidumbre, sobre quiénes serán los próximos candidatos en las nacionales.
Con una inflación anual que podría rondar el 120%, y aun superior en alimentos y bebidas, y medicamentos se aleja la candidatura presidencial del Ministro de Economía Sergio Tomás Massa, que aún no confirmó su negativa, pero si, a una senaduría por la provincia de Buenos Aires.
Además, la Vicepresidenta CFK no creía conveniente desplazar de la provincia de Buenos Aires al gobernador Axel Kicillof. Como una decisión estratégica
En consecuencia, se consolidaba la posibilidad para Wado de Pedro como la opción propia más potente del kirchnerismo, en tanto reunía apoyos de sindicalistas, empresarios, gobernadores e intendentes.
Pero como decíamos, que Massa depende de cuatro factores:
- El desborde inflacionario, que empeora la ya crítica distribución del ingreso.
- El adelanto a junio de los desembolsos que el FMI debe hacer hasta fin de año y la autorización de utilizar más de la mitad de esos fondos para regular el mercado de cambios.
- La extensión del swap de monedas con China.
- La garantía del Banco de los BRICS (que preside Dilma Rousseff) para el financiamiento solicitado a bancos privados brasileños para las exportaciones a la Argentina.
El Índice de Precios al Consumidor se conocerá el 14 de junio, cuatro días después del Congreso del Frente Renovador de Massa y diez antes de la presentación de las candidaturas.
Aunque no se conozca el número exacto, es seguro que no disminuirá, pero si se abrirá con 8 o con 9.
El FMI deja trascender de las negociaciones en curso, que es improbable que adelante la totalidad de los 10.700 millones de dólares solicitados y autorice a emplear más del 20% en el control del mercado cambiario.
Además, es seguro que impondrá a cambio condiciones severas. El Fondo es intransigente en la demanda de una fuerte devaluación y lo que se discute es si acepta que no se produzca ahora mismo, sino después de las elecciones.
Esa es la lógica profunda del Acuerdo de Facilidades Extendidas: tener al deudor, en este caso, la Argentina, con el lazo al cuello y apretárselo ante cada merced que implore, dada la imposibilidad de cumplir con lo pactado.
Como cuenta el ex ministro de Economía Jorge Remes Lenicov en su libro autolaudatorio, cuando se rompió la convertibilidad, en el FMI había posiciones encontradas, entre quienes postulaban ayudar a la Argentina porque el Fondo era corresponsable de la crisis [de 2001] y aquellos que presionaban por un ajuste tradicional y que «lamentablemente fue la posición que triunfó».
Massa comenzó por anunciar inversiones chinas por 900 millones de dólares, especialmente en la explotación del litio, y sobre el final de la gira celebró la renovación del swap por tres años y la duplicación de la parte activa.
El gesto político es ostensible en cuanto se advierta la paradoja de que hasta ahora la Argentina no utilizó los 5.000 millones de dólares iniciales (35.000 millones de yuanes), que ahora serán 10.000.
Es prácticamente la misma suma solicitada al FMI. Pero China condiciona la ampliación a que primero se utilicen los 5.000 millones iniciales. La tasa de referencia del FMI es del 3,8% y la shibor, la tasa con china, es de 2,4%, pero ambas tienen sobretasas, cuyo valor es confidencial.
Pero aun con sobretasas, las condiciones chinas son más benignas que las del FMI, contra lo que afirma el diario La Nación.
Según el Ministerio de Economía, esos 10.000 millones de dólares permitirían intervenir en el mercado de cambios para impedir una corrida que derive en la temida devaluación.
Pero la conversión de la divisa china en moneda estadounidense no es un proceso instantáneo y el prestamista firmó el convenio con el objeto de estimular las exportaciones chinas a la Argentina.
Esto ayudará a pagar insumos necesarios para la industria pese a la falta de dólares, pero no sumará fondos a las reservas, que es lo que Massa pretende del FMI.
El Ministro también anunció inversiones chinas, financiadas íntegramente por Beijing, por más de 3.000 millones de dólares, en obras energéticas y ferroviarias (como parte de la Ruta de la Franja y de la seda).
También mencionó la apertura del mercado chino a exportaciones argentinas de carnes y cereales por otros 700 millones de dólares.
Massa refrenó su euforia para precisar que se trata de proyectos estructurales de largo plazo y que los fondos ingresarán en forma gradual a medida que avancen las obras.
El memorándum de entendimiento de la Ruta lo firmó Santiago Cafiero en 2022 y ahora es Massa quien se encarga de la ejecución, en un viaje del que no participa la Cancillería, lo cual ayuda a entender el cruce de recriminaciones recíprocas.
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