En un sorprendente giro político, el presidente Javier Milei decidió llevar a cabo su primer cambio de Gabinete. La medida incluye la renuncia del titular de la cartera de Infraestructura, Guillermo Ferraro, a quien se le atribuye la supuesta «filtración» de información confidencial.
El Ministerio de Infraestructura, que abarcaba áreas clave como transporte, obras públicas, minería y comunicaciones, será transformado en una secretaría que estará bajo la órbita del Ministerio de Hacienda, encabezado por Luis Caputo. Esta decisión marca un cambio significativo en la estructura gubernamental y plantea ajustes en la gestión de sectores cruciales para el desarrollo del país.
Guillermo Ferraro, cuya última aparición fue en la Cámara de Diputados defendiendo la ley ómnibus, había prometido recientemente la finalización de todas las obras en ejecución durante el año 2024, priorizando aquellas con un mayor grado de avance. Además, proyectó que la aprobación de la ley generaría una importante corriente de inversión, impactando positivamente en la economía nacional.
Sin embargo, según allegados al presidente, el problema no radicó en las declaraciones de Ferraro en el Parlamento, sino en las supuestas filtraciones de información confidencial proveniente de las reuniones de gabinete. Tras la última reunión de gabinete, trascendió que el presidente expresó su enojo hacia los gobernadores, sin distinción de afiliación política, y mostró su frustración por la demora en la sanción de la Ley Base. En un exabrupto durante la reunión de trabajo, amenazó con dejar a los gobernadores «sin un peso» y agregó: «los voy a fundir a todos».
Como parte de esta reorganización, el Ministerio de Infraestructura pasará a ser una secretaría bajo la supervisión del Ministerio de Economía. Este cambio busca una mayor coordinación y eficiencia en la gestión de los recursos y proyectos vinculados a la infraestructura del país, marcando una nueva etapa en la administración de Javier Milei.