Editorial | La democracia argentina cumple sus 40 años con un presidente que no cree en ella

Así, el actual presidente electo obtuvo en los comicios de noviembre 20.23  con  14.554.560 votos, el 55,65% del total de electores- mientras que Massa tuvo el respaldo de 11.598.720 de electores, el 44,35%. La participación electoral, en tanto, fue del 76,32% del padrón habilitado, casi un 1% menos que en las elecciones generales del 22 de octubre. Electores 35.300.00’……impugnados 500. mil

No registra ningún gobernador propio, minoría en la cámara de diputados y la oposición tiene mayorías con otros partidos.

La semana pasada sufrió su segunda derrota en el Parlamento, al que el presidente decidió desconocer y repudiar y reitero su descalificación de coimeros, nido de ratas

 Los legisladores resistieron las presiones y se rebelaron como en la novela “Rebelión en la granja”. Su argumento de que el 56 por ciento de votos obtenidos en el balotaje   del total de votantes. lo legitiman para avasallar al sistema democrático, incluyendo a diputados y senadores, a quienes califica como “el nido de ratas”, resulta cada vez más ineficaz.

 Milei ya mostró su pertenencia despreciativa a la política, la militancia y la propia democracia participativa. Sus insultos, tuits y likes a publicaciones de odio son una práctica sistemática propia de su personalidad, su modo de hacer política y su comunicación. Su tarea como diputado nacional durante dos años, fue intranscendente y ningún proyecto de su actual de saqueo económico

La democracia argentina cumple y celebra sus 40 años con un presidente que no cree en ella. No tiene estructura política, parlamentaria ni cuadros formados para desempeñarse eficientemente en la acción gubernamental. mientras Macri se consolida como presidente del Pro, delegando a Patricia Bullrich a segundas líneas

Milei es consciente de que es un fenómeno extraño a la política argentina, que oportunamente captó la atención de la opinión pública con el apoyo de los grandes medios, aprovechando el descontento generalizado con los gobiernos desde los gobiernos de Carlos Menen y Fernando De La Rua. Y Macri. Medró con la prédica de la derecha contra los “políticos sucios y corruptos” articulando un discurso del anarco capitalismo.

 Se presenta como un cruzado abriéndose paso con un discurso místico, un perro muerto que le habla, las fuerzas del cielo y una biblioteca de economía vieja y sectaria.

Su rechazo al parlamento es ideológico, lo expresa con un rasgo de odio, negando que los y las diputadas y senadores también sustentan su representación en el voto popular y se asemeja el golpe militar 1976 la disolución del congreso y creó la CAP.

Y se olvida que los legisladores se deben a sus votantes y a sus identidades políticas, por lo tanto, tienen que respetar el contrato electoral con la ciudadanía.

En el caso de la ley ómnibus y el mega DNU, los legisladores se opusieron a conculcar derechos adquiridos de todo tipo y a favorecer a las corporaciones, particularmente a las extranjeras, hundiendo en la pobreza a los sectores humildes y medios.

Los desestabilizadores están en su propio gobierno, entre ellos, a la vicepresidenta Victoria Villaruel, reconocida defensora de la última dictadura cívico militar, que pretende disfrazarse de demócrata respetuosa de las instituciones.

El gobierno de Milei es de creciente debilidad política, el gobierno intenta resucitar la ley ómnibus y reflotar su artificiosa invención, el Pacto de Mayo; que no hubo ningún pacto, solo fue un grito de libertad para liberarnos de la colonización y del contrabando español dueño de actividad comercial con bs. As- de lo cual la opinión pública no tiene la menor idea, ya que sus preocupaciones pasan por el deterioro de su calidad de vida.

Hasta el FMI que están preocupados por la sustentabilidad del plan de ajuste doloroso ante lo cual le recomiendan amorosamente que no haga caer “tan desproporcionadamente” el ajuste sobre los más vulnerables.

Mientras tanto, en su guerra santa contra el gobernador Kicillof, el presidente convoca a “la rebelión fiscal” en la provincia de Buenos Aires, renegando por la suba de impuestos rurales como forma de compensar la retención de fondos que aplicó arbitrariamente el gobierno nacional.

El establishment afirma su apoyo al gobierno, lo elogia y estimula aunque se pregunta hasta dónde podrán sostenerse las políticas de Milei. Dos derrotas parlamentarias, un paro nacional, movilizaciones masivas y cacerolazos se sucedieron en solo tres meses de gestión.

 En medio de los elogios las corporaciones empresarias locales están más concentradas en aprovechar la oportunidad para saquear todo lo que pueda en el menor tiempo posible.

El botín es grande y tentador: nueva era de remate de empresas públicas, de tierras fecundas y fenomenales márgenes de ganancias producto de la liberación de precios.

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