Las compras de alimentos en supermercados con tarjetas de crédito, cada vez son más frecuentes. El escenario paralelo al superavit financiero del que se jacta el presidente Javier Milei. Detrás del derrumbe del consumo se esconde un problema cada vez mayor para las familias: el endeudamiento. Si bien la venta con tarjetas de crédito tuvo un repunte, en los negocios de barrio la caída en el consumo fue abrupta en todos los sectores.
Con su último informe de ventas en supermercados, el Indec reflejó un nuevo desplome en los niveles de comercialización. Sin embargo, al revisar el pleno de las estadísticas se observan dos datos que clarifican la brutal recesión que impuso el Gobierno.
Se disparó el uso de tarjeta de crédito para las compras y los comercios tienen la peor perspectiva de negocios de los últimos años.
En febrero, el índice de ventas totales en supermercados a precios constantes que difunde el Indec dio cuenta de una caída de 11,4% respecto a igual mes de 2023, mientras que en el acumulado del primer bimestre la merma alcanzó al 12,7%. No es casual; entre diciembre y marzo de este año, el poder adquisitivo del salario mínimo, vital y móvil cayó un 20,6% y el de las jubilaciones mínimas un 34,4%, según un informe del Foro Economía y Trabajo (Foroeyt).