Democracia en apariencia

Por Roberto Chuchuy

La realidad es que no se puede hablar de un sistema democrático con el 60% de la población en la pobreza y la indigencia.

No hay democracia en una sociedad profundamente desigual como la argentina, donde el gobierno, dirigido por un presidente desquiciado, desorientado, vociferante y chabacano, actúa como verdugo implacable de las clases populares. Este gobierno, que muestra servilismo hacia la élite dominante, genera desocupación y miseria, mientras se presenta misógino y contrario a figuras como el Papa Francisco.

Milei dice: “Ahora hay que sufrir para vivir después en un futuro espléndido. Eso lo escuché desde el gobierno del 55, desde que era un pibe. Que hay que joderse y sacrificarse ahora para una Argentina potencia del futuro, pero ese futuro nunca llega”.

El mismo cuento lo han contado los sucesivos gobiernos: del menemismo, De la Rúa, Macri, y ahora Milei también. No hay nada nuevo con el anarco-capitalismo. En realidad, es un caos-capitalismo.

Hay una idea, copiada textualmente de los liberales originarios, elaborada en otros tiempos y para otras sociedades, nunca aplicada tan rigurosamente. Esta idea no corresponde en absoluto con la realidad presente de nuestra Argentina.

Las medidas anunciadas solo condenan al hambre y la miseria a las grandes mayorías. Estas medidas rebotan contra la realidad, avanzan y retroceden, mostrando una clara falta de rumbo. Un desastre, realmente.

Los ejemplos del caos sobran. Hay caídas alarmantes en la industria, especialmente en la manufacturera, la construcción, el empleo, el consumo y los salarios. Se firman decretos para eliminar el control de precios y, cuando los precios aumentan escandalosamente, Caputo, asustado, les pide por favor a los empresarios que moderen, pero por supuesto, no lo escuchan. Solo los muy ricos, para quienes gobierna la motosierra en complicidad, apoyan las medidas descontroladas del gobierno. Y el circo de periodistas farsantes del oficialismo dice “hay que sufrir ahora para disfrutar después”, pero ellos, los gorilas, por supuesto que no sufren.

Entre otras violaciones a los derechos laborales, propone despidos sin indemnizaciones, eliminar las horas extras y prohíbe las asambleas en los lugares de trabajo. Todo, en nombre de la libertad.

Ley Ómnibus con las Ruedas Pinchadas

Esta es la ley que hay que votar o mejor, rechazar en el Congreso. Dicen que el Estado tiene que actuar para maximizar la renta de las empresas para que aumente el trabajo, pero hay una contradicción: ¿no es que el Estado tiene que desaparecer? Y hablando de libertad, propone la libre exportación de hidrocarburos, todo para los empresarios, nada para los obreros. Esta ley ómnibus deroga la ley de soberanía hidrocarburífera de Argentina. La única soberanía es la del dinero para el liberalismo anarco, caótico o como sea.

Le da facilidades económicas absolutas a los inversores extranjeros. Es decir, pasen y roben lo que quieran.

Patricia Bullrich, quien ha atravesado todas las opciones políticas de la derecha hasta acomodarse en las más reaccionarias, disfruta reprimiendo a los trabajadores despedidos, a los que sufren injusticias cotidianas y a quienes reclaman por comida o remedios. Aplica un protocolo anticonstitucional y antidemocrático, absurdo y desproporcionado, y llena las calles de policías y gendarmes que disparan balas de goma a las caras de periodistas y manifestantes. Tan ridículo como violento. Todas las dictaduras, hasta las civiles, necesitan la represión para aplicar medidas económicas que castigan a las clases populares.

También Nos Roban el Fútbol

El afán privatizador neoliberal arrasa con todo, y el fútbol ofrece un negocio inmejorable. Macri-Milei apuntan a los clubes argentinos, pero fueron rechazados en Boca por los socios que votaron masivamente a Riquelme y cuestionaron al presidente Milei. Sin embargo, no abandonan, respaldados por los buitres de los fondos.

Milei Habla de lo Que No Sabe

“Yo soy bilardista”, dijo, “yo quiero ganar”. Dijo también que Bilardo es un ganador y Menotti un versero. Alguien le tendrá que decir que se informe antes de hablar. Bilardo, en toda su carrera de entrenador, ganó 2 títulos; Menotti, 6. Queda claro quién es el versero.

Algunos de los popes del liberalismo de los cuales se nutre Milei: Ludwig Von Mises, que se afilió voluntariamente al Frente Patriótico Nazi y defendía el fascismo como “el mal menor”; Friedrich Hayek, discípulo de Mises, defendió la dictadura de Pinochet; Bertie Benegas Lynch, quien cree que la escolaridad no debe ser obligatoria; y Murray Rothbard, que defendía el mercado de niños. Estos son los inspiradores del presidente, aunque algunos dicen que está sometido a su hermana Karina, su guía espiritual y terrenal.

La vicepresidenta Villarruel retomó la teoría de los dos demonios, mejor dicho, la de un demonio y militares salvadores. Retomó las falsedades de los represores torturadores y asesinos de los 70. Vale la pena recordarle, aunque ya lo sabe, que son 30 mil, no fue una guerra, y asesinaron y torturaron a obreros, estudiantes y militantes de base que luchaban por una sociedad justa y democrática.

Para completar el desastre de este gobierno de actitudes dictatoriales, cuya política exterior se somete a EE.UU. y al genocida gobierno de Israel, ha puesto en venta a todo el país, en una entrega de soberanía humillante y escandalosa.

Nos queda resistir y luchar en todos los frentes que atacan Milei y sus secuaces: laboral, cultural, sanitario, servicios sociales, democrático, hasta recuperar lo que nos están arrebatando. El pueblo ya vivió experiencias similares y cuando luchó unido y coordinado, nunca lograron derrotarlo.

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