VENEZUELA: Hipocresía política del conservadurismo
La hipocresía social y política de varios miles de conservadores de la ultraderecha sorprende con el proceso electoral y su solidaridad con el pueblo venezolano.
Varios ex presidentes y dirigentes políticos intentaron ingresar a Caracas de manera violenta este fin de semana, sin mostrar credenciales ni invitaciones, como observadores de las elecciones recientes, sin el aval de las autoridades del CNE. Esos mismos que nunca han mostrado repudio a las sanciones y bloqueos económicos, incluso a la comercialización de productos de primera necesidad, que han asfixiado a esa nación por más de una década.
Por eso, contrario a esta nefasta concepción, la innegable tragedia venezolana que ha expulsado a 5 millones de venezolanos, peregrinos por el mundo, no es consecuencia del Proyecto Chavista ni de Nicolás Maduro, sino del inmenso embargo económico que ha padecido la sociedad venezolana.
La poderosa maquinaria de medios occidentales dedicados a aniquilar moralmente la agenda social de Maduro logró anticipar infundadamente un fraude electoral y posicionar como una verdadera heroína a María Corina Machado, y como un estadista al señor Edmundo González; escondiendo las inmensas suciedades que contradicen sus aparentes loables intereses sobre Venezuela.
Lo único que le interesa al capital transnacional, por intermedio del dúo María Corina y Edmundo, es la privatización de la industria petrolera y la destrucción de la agenda social construida por años por la línea Chavista e invisibilizada por la estructura mediática hegemónica.
No hay constancia de que se haya cometido un fraude en esta elección presidencial. Aún las elecciones no han sido auditadas, ni las actas han sido publicadas, ni se han recontado los votos. El CNE, máxima autoridad electoral, se tomó su tiempo generando incertidumbre. La coalición de partidos que apoyaron a Nicolás Maduro obtuvo los mismos 6 millones de votos que históricamente ha contabilizado en otras elecciones. Es altísimamente peligrosa esa narrativa sin basamento fáctico que busca un alzamiento armado en Venezuela, como lo afirmó Milei, presidente argentino.
La crisis en Venezuela no se supera con discursos democráticos selectivos. Lo que sí es verdaderamente antidemocrático es la negación de una fuerza política que, con un sistema electoral con observación internacional, ha ganado varias elecciones en los últimos años.
El camino de superación de la crisis venezolana inicia con un consenso multilateral que propicie terminar los bloqueos, embargos y restricciones económicas como las que congelan los bienes y cuentas bancarias en Estados Unidos, las que prohíben el comercio con determinados bonos venezolanos de la petrolera estatal PDVSA, y las que restringen la importación de medicamentos y alimentos. Y, por otro lado, la devolución de los activos productivos usurpados al pueblo venezolano como la petrolera Citgo y las toneladas de reservas de oro que están en el Banco de Inglaterra en Londres.
Por lo pronto, es importante que se garantice la transparencia del proceso electoral publicando las actas y tramitando las solicitudes de recuento reclamadas por la oposición derrotada.
Fuente: J. J. Blandón Mena