EDITORIAL | CON EL MISMO DISCURSO NOS VIENEN ESTAFANDO

Por ROBERTO CHUCHUY

Nos vienen estafando desde 1955, 1976, con Carlos Menem, con Fernando de la Rúa, con Mauricio Macri y también con Alberto Fernández.

Si de pronto alguien te dice: “A Alberto lo eligió Cristina”, sí, es verdad. En ese momento era como Isidoro Cañones, muy porteño, y era el único que podría ganarle a Macri. Y le ganó, pero lo que nadie pensó es que no sabía gobernar, y así nos fue: sin coraje, pusilánime, mediocre. Lo peor es que, con Martín Guzmán, no supo manejar el endeudamiento que dejó Macri.

Luego llegó el estafador con la motosierra, y no cumplió ninguna de sus propuestas de campaña electoral. Y llegó como cada vez que asumen las derechas políticas, con o sin democracia, con la complicidad de siempre: militares, civiles, eclesiásticos, medios de comunicación y los poderes hegemónicos.

Cada vez que llegan, dicen que el problema de Argentina es que todas las empresas que tiene el Estado generan pérdidas, que les hacen gastar muchísimo dinero al Estado, o sea, a todos ustedes que, a través de los impuestos, ponen los recursos. Entonces, hay que privatizar. Lo hizo Menem, lo hizo De la Rúa, lo hizo Macri, y lo hace Milei. Es el mismo discurso: “Las empresas del Estado dan pérdidas”.

Hoy nos toca ver el intento de privatizar Aerolíneas Argentinas, como lo fue en 1990. ¿Cómo terminó esto? Con una empresa quebrada, con empleos perdidos, con la conectividad perdida, con el comercio perdido y con ciudades aisladas. ¿Todo esto para qué? Para que un grupo de delincuentes con corbata se enriquezca, vaciando nuestra línea de bandera y luego desaparezcan. Esa película ya la vimos.

Y hoy, la muletilla es seguir escuchando la privatización de Aerolíneas Argentinas, algo que ya fracasó. No me sorprende que Milei y su gobierno, junto con una porción de la sociedad, sigan discutiendo que AA es deficitaria. Se debate si una línea aérea de bandera tiene que dar ganancias o no, y se argumentan todo tipo de variantes para entretener a la gilada, desviando la atención, porque quieren entregar AA a un negocio privado. Primero la van a vaciar y luego regalarla con papeles pintados o bonos de la deuda argentina. Esto ya lo vimos en los 90, y hoy, 34 años después, se plantea la misma situación.

Miren una tapa del diario Clarín de 1999 al 2001, toda la complicidad de los diarios Clarín y La Nación, entre otros.

El discurso de la derecha ayer y hoy es que Argentina está en crisis, que no da más, y que las argentinas tengamos cada vez más derechos. Es el mismo discurso que muchos repiten. Busquemos las tapas de los diarios de los 90, y me pregunto: ¿Por qué los argentinos no tenemos memoria? ¿Qué carajo nos está pasando? ¿Hemos perdido la voluntad de luchar, de cuidar el patrimonio?

El 2 de octubre de 2023, abre una nueva marcha universitaria para reclamar presupuesto. Es la misma Argentina. ¿Qué queremos discutir? ¿O no aprendimos de lo que fue López Murphy? ¿Qué queremos discutir? ¿Cuál es el argumento económico, si ya lo sabemos? Ajustar las universidades y la educación pública no genera mayores posibilidades para que nuestros niños y jóvenes se eduquen.

Las noticias de hoy son las noticias de ayer. Y los resultados que tenemos hoy y que tendremos en el futuro serán idénticos a los de ayer. No hay mucho más para reflexionar.

Cada vez que llegan, nos hacen creer que el problema es el Estado. Pero, ¿es solamente responsabilidad de la política? ¿Es solamente responsabilidad de una porción grande de la sociedad?

Estoy cansado de vivir en un país donde algunos medios se preocupan mucho más por un paro, que es un derecho, que por el oro que se están llevando afuera. Que por el ajuste a los pibes y a los jubilados. Ahí está la construcción social, desde el poder político, desde el poder de algunos medios. ¿Y cómo se construye? Miren esta tapa del diario Clarín: van a aumentar las tarifas telefónicas urbanas.

Y esta, del diario La Nación de este año: desde el domingo sube la luz, el gas, y ahí sale la nafta. ¿Qué hay de novedad? ¿Qué esperanza se puede plantear sobre estas noticias, que son de ayer y de hoy? No hay argumento posible que lo defienda. De verdad, no hay argumento posible que lo defienda.

Hoy estamos discutiendo lo mismo, como novedad, y buscando argumentos para justificar por qué pueden rematar nuestro patrimonio, ajustarnos hasta el cansancio, o aplicar un tarifazo en medio de la palabra «crisis», que no es tal. Argentina no está viviendo una crisis. Argentina está siendo estafada y saqueada por los mismos de siempre.

Porque Sturzenegger estaba detrás de Cavallo en los 90. Porque Sturzenegger estaba con Macri. Y porque Sturzenegger está hoy.

No hay novedad. No podemos creer que de lo mismo de siempre, de lo doloroso, de las estafas de unos pocos, pueda surgir una nueva Argentina. No más.

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