A la fuerza del cielo se opone la fuerza de las calles

Después de la masiva marcha, organicemos la lucha y una gran movilización el día que se trate el veto en el Congreso. Movilicemos en todo el país.

La Marcha Federal Universitaria fue masiva, con una estimación de más de un millón de personas en todo el país, según destacaron los medios no oficialistas.

Se realizaron grandes marchas en Córdoba, Rosario, Mendoza, Salta, Tucumán, Mar del Plata, y en otros puntos del país. La movilización culminó en un acto frente al Congreso de la Nación.

La movilización en todo el país contó con una fuerte participación de la comunidad educativa, así como de otros gremios. Además de la defensa de la educación, también se expresó un rechazo generalizado al plan de Milei. En los carteles y discursos se percibía un clima opositor, con críticas directas al gobierno, lo que convirtió el protocolo de Bullrich en una mera amenaza.

La gran concurrencia podría haber sido aún mayor si las organizaciones y la CGT hubieran apoyado decisivamente.

La Universidad, lejos de lo que plantea Milei, sigue estando en estado de urgencia. Aún persiste la incomprensión de que el ataque al salario de los docentes y no docentes es un ataque directo a la calidad educativa. A medida que bajan los salarios de los trabajadores, también baja la calidad educativa. El plan es desfinanciar la universidad pública, precarizarla y fortalecer la universidad privada, favoreciendo un conocimiento al servicio de los grandes empresarios.

Por ejemplo, esta semana, el decano de la Universidad de Veterinaria informó que un 10% del plantel docente ha renunciado, incapaces de sostenerse económicamente, y se han visto obligados a pasar al sector privado después de años de trayectoria científica.

A esto se suma el veto a la Ley de Financiamiento Universitario, justificado bajo el argumento de «déficit cero», siguiendo las recetas del FMI. Sin embargo, esta ley implica solo el 0,14% del PBI, mientras que la Ley de Bases redujo los impuestos a los más ricos. El problema es que Milei ha declarado la guerra a la universidad pública. En los últimos días ha atacado con datos falsos sobre la cantidad de estudiantes y las condiciones de vida de nuestros docentes, y ha lanzado campañas xenofóbicas. El presupuesto universitario de 2024 será el más bajo en términos reales en los últimos 30 años, y ya se ha anunciado un presupuesto para 2025 que continúa con recortes.

La movilización finalizó en la Plaza de los Congresos, y como anécdota, los radicales fueron abucheados cuando anunciaron su adhesión. Larreta también sufrió las consecuencias de ser considerado una «rata de Milei», y fue repudiado antes de llegar al acto.

Durante el evento, se proclamó la consigna: «¡Preparemos una gran movilización para rechazar el veto, con clases públicas, vigilias, asambleas y tomas!»

El gobierno reconfirmó lo que había adelantado: vetó el financiamiento a las universidades. La oposición ya ha solicitado una sesión el miércoles 9 de octubre para revertir el veto de Milei.

No será fácil torcer el brazo de Milei, quien cuenta con los recursos para comprar voluntades, como sucedió con el veto a los jubilados. Pero habrá otra movilización, más numerosa, para evitar el veto.

Seguramente acompañarán los sectores que ya se encuentran en lucha, como los aeronáuticos, que se oponen a la privatización de Aerolíneas y defienden el derecho a huelga; los jubilados; y los trabajadores del Hospital Garrahan. Al igual que el 23 de abril, el cántico más popular en la movilización fue: “Universidad de los trabajadores”.

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