«Salta: Entre Herencias Municipales y Desafíos Urbanos»

En este municipio de la ciudad de Salta, cargado de historias y dificultades, hemos sido testigos de una serie de acontecimientos que reflejan tanto el abandono como las oportunidades de cambio.

El incendio en un sector del mercado municipal, bajo la administración del legendario Muratore, es solo una pieza de este complejo rompecabezas. Muratore ha estado al frente de la gestión del mercado desde la administración de Miguel Isa. También fue parte de la controvertida instalación de puestos de venta de comida en la vereda del club Juventud Antoniana, un hecho sobre el cual nunca quedó claro si contaban con autorización municipal. Lo curioso es que, tras la desaparición de estos puestos, no hubo quejas, ni tumultos, ni manifestaciones en defensa de esas pequeñas fuentes de trabajo.

Herencias de una gestión abandonada
Cambiando el enfoque, las calles de nuestra ciudad durante la gestión de Bettina Romero se convirtieron en sinónimo de abandono. Hoy, Emiliano Durand ha heredado un municipio en crisis económica, con obras públicas pagadas pero inconclusas. Sin embargo, lo más preocupante es la falta de claridad con la que asumió el mando, sin un inventario detallado de la situación municipal, como bien dirían los contadores: «sin beneficio de inventario». Quizá con el tiempo Emiliano se arrepienta de no haber hecho ese ejercicio tan necesario para entender qué «muertos hay en el ropero».

Avances y desafíos
La nueva gestión ha comenzado con fuerza, como suele pasar con toda «escoba nueva». Se han visto mejoras en plazas y parques, un logro digno de aplauso, dado que estos espacios son fundamentales para el esparcimiento de los vecinos. Sin embargo, el desafío continúa en las calles, que siguen siendo un martirio.

Las «bocas de tormenta» mal instaladas en el centro de las esquinas, las tapas de hierro desalineadas, y los baches que en algunos casos alcanzan hasta 10 centímetros de profundidad son un peligro evidente. Aunque se reconoce que las reparaciones de las calles se realizan con los aportes de los vecinos, es hora de que alguien en el Concejo Deliberante estudie la posibilidad de que las empresas de transporte público, cuyos colectivos deterioran las vías, asuman parte de la responsabilidad y los costos de estas reparaciones. Mientras tanto, seguimos soportando este verano caluroso y sus tormentas, esperando soluciones más estructurales para los problemas que afectan nuestro día a día. Así lo veo yo

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