Por Roberto Chuchuy.
A solo 7 días de las elecciones PASO por partidos, en Salta se observa una pasividad sin precedentes y una polarización concentrada entre los candidatos oficialistas, Pablo Outes y el Rana Villa, frente a los demás frentes, como Milei y los de izquierda.
Las opiniones de las autoridades partidarias muestran que los candidatos provienen de otras y distintas coaliciones electorales, lo que ha generado una falta de contacto entre la gente y la política. No se ven caminatas ni actos públicos; en cambio, la presencia mediática y la opinión de los medios y programas son destacadas.
El clima triste del decurso electoral parece afectar a todas las coaliciones y figuras participantes, llevándolos a incurrir en declaraciones, contradicciones, arrebatos y gestos cómicos, incluso dirigidos contra sus propios aliados. Nadie tiene una idea precisa de lo que ocurrirá en las urnas, y las encuestas han sido descartadas como termómetro confiable.
Se escuchan chicanas entre los candidatos, como la de votar a Juan Grabois como «tirar el voto», aunque se trate de Primarias. A nivel nacional, se observan situaciones similares a las que suceden en las provincias.
Unión por la Patria ha llevado bien sus disidencias desde que CFK admitió o promovió la precandidatura de Massa, pero sería mejor evitar competencias de purismo y mostrar un compromiso más activo.
El macrismo, considerado como la derecha explícita, no tiene el problema de tener que volcarse a las calles para convencer a los escépticos y enojados, ya que cuenta con una base sólida de votantes.
En el flanco opositor, las peleas entre el ¿palomismo? de Larreta y las brutalidades de Bullrich son aptas para el entretenimiento mediático, pero parecen no mover el amperímetro de «la gente».
Se pronostica que muchos votos no irán de una coalición a la otra después de las Primarias, y en un gobierno cambiemita, la facción paloma y el sector «halcón» podrían terminar mal.
El futuro gobierno podría enfrentar dificultades en materia de negocios, debido a la inexistencia de grandes cuadros políticos, similar al fracaso de la Alianza entre radicales y viudos peronistas durante el menemismo.
Se advierte sobre posibles medidas para liquidar paritarias, indemnizaciones y adicionales de salario por parte de ciertos sectores, como la vieja oligarquía representada por la Rural.
Unión por la Patria se enfrenta al dilema de cómo ser oposición y oficialismo a la vez, mientras Massa como ministro de Economía debe lidiar con la inflación y la cotización del dólar que generan expectativas.
El Estado presente ha impedido efectos devastadores de la pandemia, pero hubo polémicas respecto al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el alineamiento con Washington.
La elección crucial que se avecina exige saber administrar entre las diferencias y la estrategia política, lo que está en juego y desde lo que se juega, principalmente en Unión por la Patria.