La multinacional sueca dejará de producir rodamientos en el país para importar desde Brasil. El Ministerio de Trabajo bonaerense interviene ante el cierre, mientras crece la preocupación por el impacto industrial y social.
La crisis industrial sumó un nuevo capítulo con el cierre de la planta que la multinacional sueca SKF mantenía en Tortuguitas, provincia de Buenos Aires. La decisión deja en la calle a 145 trabajadores y marca el final de una historia de más de 90 años de producción local. La compañía anunció que se reconvertirá en importadora de sus productos, fabricados en Brasil, en el marco de una reestructuración global.
“Tras evaluar cuidadosamente varias propuestas, lamentablemente no hemos encontrado una alternativa sostenible al cierre de nuestra planta. Es una decisión difícil, pero necesaria para asegurar nuestra competitividad global a largo plazo”, explicó Manish Bhatnagar, presidente de la Región Industrial de las Américas y Australia de SKF.
La empresa justificó el cierre como parte de una estrategia para concentrar su producción en plantas más grandes y automatizadas. Sin embargo, desde el sector sindical y empresarial argentino, la noticia generó fuerte repudio. El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, expresó: “Mientras el mundo cuida su producción, Argentina abre sus puertas a todo lo importado. SKF se reconvierte en importadora y perdemos puestos de trabajo. En 90 años nunca tomó una decisión como esta”.
El Ministerio de Trabajo bonaerense intervino para garantizar que los trabajadores reciban las indemnizaciones correspondientes y busca un acuerdo que contemple compensaciones adicionales.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), Elio Del Re, alertó sobre un panorama preocupante: “La industria local muestra señales de estancamiento, con niveles productivos muy bajos y una apertura importadora récord. Prometen precios bajos a corto plazo, pero a futuro el costo social será altísimo”. Según datos de ADIMRA, la producción metalúrgica cayó 5,2% interanual en septiembre y acumula una merma de 1,1% respecto de agosto, su nivel más bajo desde 2020.
El cierre de SKF deja también un profundo malestar entre los trabajadores, que denunciaron haberse enterado por redes sociales de la decisión. En una carta difundida públicamente, uno de ellos escribió: “No somos un número ni un costo a reducir. Detrás de cada puesto hay una familia, una historia, una vida construida en torno a esta fábrica. Si ellos creen que van a cerrar nuestras puertas en silencio, están equivocados”.
Fundada en 1917, SKF Argentina fue durante décadas proveedora clave para la industria automotriz, naval, aeroespacial y de energías renovables. Hoy, su salida del esquema productivo nacional simboliza una tendencia creciente: la sustitución de fábricas locales por filiales importadoras, con el consecuente impacto en el empleo, la producción y el tejido social argentino.




