El desempleo retrocedió 0,3 puntos porcentuales respecto al primer trimestre del año, según el INDEC. El flagelo golpea con más fuerza a las mujeres y al Gran Buenos Aires, mientras crece la precarización laboral.

La tasa de desocupación se ubicó en 7,6% durante el segundo trimestre de 2025 y afecta a 1,7 millones de personas, de acuerdo con el informe de Mercado de Trabajo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Esto implica una baja de 0,3 puntos respecto al 7,9% del primer trimestre, alcanzando nuevamente el nivel registrado entre abril y junio de 2024.

El desempleo golpea con mayor intensidad a las mujeres (8,5%) en comparación con los varones (6,8%). La diferencia se da en un contexto donde la tasa de actividad femenina (52,1%) es significativamente menor a la masculina (69,6%), lo que refleja mayores obstáculos para acceder a un puesto de trabajo.

En términos regionales, el Gran Buenos Aires concentra los números más altos con 8,7%, seguido de la región Pampeana (7,4%). En contraste, las menores tasas se registraron en la Patagonia y el Noroeste, ambas con 4,7%. También se observa una diferencia según el tamaño de los centros urbanos: en los de más de 500.000 habitantes, la desocupación llega al 8%, mientras que en las ciudades más pequeñas baja al 5,5%.

El informe detalla que el 71,3% de quienes buscan empleo tiene como máximo el secundario completo, mientras que el 28,7% cuenta con estudios terciarios o universitarios, finalizados o no. En cuanto al tiempo de búsqueda, la mayoría (71,4%) lleva entre uno y doce meses intentando reinsertarse, y casi tres de cada diez (28,2%) están desempleados desde hace más de un año.

Más allá de la desocupación, la presión sobre el mercado laboral —que incluye desocupados, subocupados y ocupados demandantes— alcanza al 30,5% de la población económicamente activa.

“Continúa la precarización del mercado laboral. El empleo informal pasó del 41,6% en 2024 al 43,2% en 2025. Se destruye empleo asalariado formal y lo que más crece es el trabajo no registrado y el cuentapropismo, una tendencia de los últimos diez años que se profundizó en el último año”, analizó Daniel Schteingart, sociólogo y director de Desarrollo Productivo Sostenible de Fundar.

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