La reciente suspensión de las PASO por la Cámara de Diputados, aún pendiente de sanción en el Senado, reconfigura el escenario político nacional y provincial. Mientras el oficialismo busca consolidar su control sobre la selección de candidatos, la oposición se reorganiza ante un panorama electoral incierto.

Toda ley, con el tiempo, se desvía de sus intenciones originales, y las PASO no han sido la excepción. En algunos casos, fueron utilizadas como una simple encuesta, en otros, como una herramienta para medir la realidad política del momento. Con Alberto Fernández, por ejemplo, el triunfo en las PASO prácticamente definió la elección general.

Con Macri ocurrió algo similar: tomó una decisión estratégica en las PASO. En realidad, estas elecciones primarias terminan beneficiando más a los partidos opositores que al oficialismo, ya que permiten una competencia democrática entre candidatos con la participación obligatoria de la ciudadanía.

En Salta, la derogación de las PASO favoreció al oficialismo, ya que le permite al gobernador elegir a dedo a los candidatos dentro de los frentes que construye. Incluso puede recurrir a candidaturas testimoniales, como la que protagonizó Morello, quien renunció y fue reemplazada por la Sra. Villamayor.

La reciente suspensión de las PASO en la Cámara de Diputados –a la espera de la sanción del Senado– es una jugada clara del oficialismo. Esta medida le permitirá a Milei seleccionar a sus candidatos sin la necesidad de una compulsa interna dentro de su espacio. Paradójicamente, la eliminación de las PASO perjudica al PRO, ya que era uno de los sectores más beneficiados por este sistema.

En términos generales, la reforma electoral contradice la tradición democrática argentina, donde no es habitual modificar las reglas del juego en un año electoral. Si se cambia la ley electoral en medio de un proceso electoral, es evidente que hay intereses de por medio.


Cristina y el control del PJ

Por más esfuerzo que haga Cristina Fernández de Kirchner, si no tiene el control del Partido Justicialista, su influencia en las elecciones será limitada. Hasta ahora, las señales indican que el gobernador Sáenz mantiene un diálogo abierto con Milei y su espacio, lo que podría condicionar el futuro del peronismo en Salta.

Juan Carlos Romero, por su parte, ha oscilado entre distintos espacios políticos. En su momento, fue aliado del peronismo; hoy, todo indica que buscará jugar dentro del esquema de Milei. En este contexto, la conducción del PJ sigue sin resolverse, y sin una definición clara, será difícil conformar un frente electoral sólido.

En el Congreso, ha quedado demostrado que los diputados de Sáenz han votado a favor de la suspensión de las PASO, alineándose con las necesidades del gobierno nacional. No es casualidad que los gobernadores del norte frecuenten Buenos Aires en días clave, coincidiendo con el tratamiento de leyes en el Congreso.

Para el peronismo, el desafío es unificarse y recuperar una identidad clara. Si Cristina decide intervenir el PJ nacional, podría reconfigurar el tablero político con miras a las próximas elecciones.


La reelección de los Romero

Los Romero ya han decidido su estrategia. Betina Romero trabaja en Cafayate para ser candidata a la intendencia del departamento. Juan Esteban Romero intentará la reelección como diputado, mientras que Juan Carlos Romero buscará una banca en el Senado.

Romero ha sido un actor clave en la política salteña y nacional. Durante la era Menem, jugó un papel fundamental en las privatizaciones, y hoy es uno de los pocos senadores de confianza de Milei. Por ello, no sería sorprendente verlo encabezar la lista de senadores de La Libertad Avanza en Salta.


Milei vs. Cristina: el escenario electoral

Si prospera la Ley de Ficha Limpia, Cristina no podrá ser candidata. Sin embargo, su rol como presidenta del PJ le otorgará una influencia significativa en la elección. Todo indica que las próximas elecciones se polarizarán entre Milei y Cristina, más allá de quiénes sean los candidatos formales.

En el ámbito provincial, esta misma dicotomía se replicará. Los candidatos locales se alinearán con uno u otro, definiendo el escenario en términos de “Milei o Cristina”. La batalla política ya está en marcha, y el 2025 será clave para el futuro del país.

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