El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) dispuso que, a partir del 1 de enero de 2026, todos los bovinos, bubalinos y cérvidos del país deberán contar con un dispositivo de identificación electrónica oficial (RFID).

La medida, publicada este lunes en el Boletín Oficial mediante la Resolución 841/2025, busca fortalecer la trazabilidad y el control sanitario del ganado argentino, adecuando la producción a los estándares internacionales de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
El sistema exigirá que ningún animal de esas especies pueda ser movilizado ni permanecer en el establecimiento de origen tras el destete si no cuenta con el dispositivo electrónico oficial, compuesto por una tarjeta visual y un identificador por radiofrecuencia, que podrá ser un botón, bolo o microchip inyectable.
Según el organismo, la incorporación de esta tecnología representa “un avance significativo en la modernización y eficiencia de la gestión ganadera”, al permitir una lectura más rápida y precisa de los datos de cada animal y facilitar la apertura de mercados internacionales, cada vez más exigentes en materia de trazabilidad.
El Senasa será responsable de supervisar la implementación, controlar el cumplimiento y aplicar sanciones en caso de incumplimiento, de acuerdo con la Ley 27.233 de Sanidad Animal.
A partir del 1 de diciembre de 2025, además, quedará prohibida la comercialización de identificadores exclusivamente visuales. Los productores deberán registrar la aplicación de los nuevos dispositivos en el Sistema Integrado de Gestión de Sanidad Animal (SIGSA) y podrán hacerlo también a través de la app Sigbiotraza.
La norma detalla los puntos de colocación —en la oreja o en el rumen— y los procedimientos para casos de muerte, reidentificación o movimiento de animales.
Con esta resolución, el Senasa apunta a consolidar un sistema de trazabilidad completo, transparente y competitivo, en línea con las exigencias globales de inocuidad y calidad alimentaria.
Fuente: Ámbito.



